9huevas
Páginas: 5 (1192 palabras)
Publicado: 13 de octubre de 2014
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mwkwmwkwkwjwkwkwkwjwkwkwkwkwkwkkwjwjwjjwjwk1kwkwkwkejehnoolkhhjiiuuuuuujjjjkiiiiiiiiiekksksisisisisisisi-
siejejwiejej9La historia es de todos, conocida: miles de obreros en huelga bajan desde la pampa a la ciudad de Iquique para hacer oÃr sus demandas a las autoridadespolÃticas. Las peticiones son razonables, mesuradas y hasta modestas: supresión del pago con fichas, jornales a tipo de cambio fijo, libertad de comercio en la Oficina, protección de los cachuchos para evitar accidentes, prohibición de aprovechar el caliche decomisado, balanzas para los pesos y medidas en las pulperÃas, escuelas para los obreros, indemnización y desahucio. Los trabajadores sonalbergados, primero en el hipódromo y luego, en la Escuela Santa MarÃa, pero sus demandas no son aceptadas por los empresarios mineros, que exigen su regreso a los lugares de trabajo. La autoridad los conmina a desalojar la Escuela.
Los obreros se resisten2, y se decreta el estado de sitio. Fuerzas armadas rodean a los huelguistas. Después de varios intentos de persuasión, se da la orden deabrir fuego, produciéndose incontables bajas, mientras reina la confusión y la muerte. Todo transcurre en una semana: entre el 15 y el 21 de diciembre, hace cien años.La historia es de todos, conocida: miles de obreros en huelga bajan desde la pampa a la ciudad de Iquique para hacer oÃr sus demandas a las autoridades polÃticas. Las peticiones son razonables, mesuradas y hasta modestas:supresión del pago con fichas, jornales a tipo de cambio fijo, libertad de comercio en la Oficina, protección de los cachuchos para evitar accidentes, prohibición de aprovechar el caliche decomisado, balanzas para los pesos y medidas en las pulperÃas, escuelas para los obreros, indemnización y desahucio. Los trabajadores son albergados, primero en el hipódromo y luego, en la Escuela Santa MarÃa,pero sus demandas no son aceptadas por los empresarios mineros, que exigen su regreso a los lugares de trabajo. La autoridad los conmina a desalojar la Escuela.
Los obreros se resisten2, y se decreta el estado de sitio. Fuerzas armadas rodean a los huelguistas. Después de varios intentos de persuasión, se da la orden de abrir fuego, produciéndose incontables bajas, mientras reina laconfusión y la muerte. Todo transcurre en una semana: entre el 15 y el 21 de diciembre, hace cien años.
Hoy todos conocemos la historia; pero no siempre fue asÃ. Durante mucho tiempo, la llamada historia oficial guardó silencio. Como en tantos otros casos, los hechos se ignoraron convenientemente y no se contó la verdadera historia. En cuanto a la prensa de la época, primero fue la censura y,después, como lo advierte muy adecuadamente Pedro Bravo Elizondo (1997), la ficción, en favor de la versión oficial. Pero el episodio se conservó en la memoria popular, la que se expresó a través del canto y la poesÃa; perduró en relatos testimoniales y fue recuperado por poetas y narradores que convirtieron sus textos en eficaces sustitutos de aquella historia silente.
La matanza de SantaMarÃa forma parte de una historia -la de las luchas obreras- y de un imaginario cultural: el del salitre. Gentes oriundas de muy diferentes lugares, etnias y culturas se congregaron en la pampa calichera, en medio del desierto más árido del mundo, para dedicarse a las faenas extractaras del nitrato. En ese medio geográfico y laboral, se entreveraron perfiles económicos, sociales y culturalesque se conjuntaron, sin confundirse del todo, para producir una historia compleja, contradictoria, agónica. Junto a chilenos del norte y del sur, llegaron peruanos, bolivianos, argentinos, estadounidenses, ingleses, italianos, alemanes, yugoslavos, árabes y chinos, todos en busca de un destino que terminó configurando una identidad cultural perfectamente diferenciada, aunque heterogénea y...
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