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el amor de mi vida. Tengo muchas amigas, muchas de ellas
emparejadas con mis mejores amigos. Soy aventurero, me
encanta viajar. Mi trabajo me obliga a ello y lo disfruto, pero
cuando vuelvo a casa después de uno de mis largos viajes,
desearía no encontrar mi hogar frío y vacío.
He tenido que volver a una de esas aburridasrecepciones
que me organiza mi agente de publicidad. Sé que es bueno
para mí y para mi carrera pero no consigo sentirme a gusto
entre tanta gente que me sonríe sin conocerme y que se
acerca a mí sólo por el hecho de poder presumir ante sus
amigos de que me han hablado o se han hecho una foto
conmigo.
He escogido una camisa blanca y un traje chaqueta oscuro.
No llevo corbata. Dejaré mi camisadesabrochada por los dos
botones superiores. No quiero dar un aire demasiado formal.
Yo no soy así. Soy un hombre natural. A las mujeres les
gustan los hombres educados y que saben vestir. Nunca he
tenido problemas a la hora de conquistar a una mujer pero
no quiero hacer sufrir a nadie. Así que no paso de la primera
y única cita a menos que se convierta en una amistad. Sé que
no es el momentode comprometerme. Mi trabajo me pide
demasiadas horas de dedicación y sería un sufrimiento
gratuito mantener a una mujer alejada de mí el tiempo que
paso fuera de mi ciudad. Las mujeres enamoradas lo pasan
mal. Yo, lo paso mal si estoy enamorado. Me gusta estar con
esa persona especial todo el tiempo del mundo y separarme
de ella, me desgarra el alma.
He esperado toda mi vida este momentoy tengo que
aprovecharlo. No puedo echarme atrás. Estoy en la cúspide
de mi carrera. Así que no hay nada que discutir. Mi vida
ahora mismo es una vida solitaria.
Al abrir la gran puerta acristalada del salón de reuniones del
hotel dónde se celebra la pequeña fiesta publicitaria, la gente
se gira hacia mí y las mujeres me sonríen, mientras los
hombres me miran con recelo. Siempre tengo lamisma
sensación. Ellas se echarían a mis brazos y ellos a mi cuello.
Marisa, una de mis mejores amigas, se acerca. La invité
porque ella también estaba en Nueva york en estas fechas y
me siento más arropado teniendo cerca una cara conocida
entre tanta de desconocida
-Hola, cielo, ¿qué tal estás? ¿Nervioso? Te estábamos todos
esperando con expectación. Tu agente en Nueva York, estállevando muy bien esta campaña.
Está bellísima. Sale con uno de mis mejores amigos. La
conocí primero a ella pero con el tiempo me hice buen amigo
de los dos. Es rubia y de ojos verdes. Con unas largas y
estilizadas piernas que hoy lleva descubiertas gracias a una
minifalda asimétrica algo trasparente en sus puntas. Se ha
vestido muy elegante para una simple recepción. Tengo la
impresión de que nolo ha hecho por mí. Con esos tacones de
aguja casi está a mi altura. Esta mujer podría ser modelo.
Quizás con esas medidas impresione al jurado. Es abogado.
Empieza a sonar la música. La mayoría de gente se anima a
bailar
-¿Vamos a bailar…? -suplica Marisa -Enseguida vendrá tu
agente para presentarte a todas las personas importantes y te
perderé de vista.
-Pero… ¿dónde está Javier?Supongo que ha venido contigo...
-Sí, está en la barra. Hablando de golf. Ha hecho amistades
en un momento –dijo molesta
Marisa baila conmigo y yo comienzo a sentirme algo extraño.
Es la primera vez que se acerca a mí de una forma tan
sugerente. Empiezo a entender lo que pretende. Es fácil de
adivinar. No para de mirar hacia el bar de forma disimulada
y veo a Javier que nos observa, mientrasestá hablando
animadamente con un hombre trajeado de mediana edad.
Marisa se ha acercado con sus labios lo suficiente cerca de
los míos que me rozan suavemente. Ahora sí empiezo a
preocuparme de verdad.
Me mira fijamente y tengo la sensación que podría penetrar
en su interior a través de su mirada. Ella sólo está jugando a
darle celos a Javier pero yo me juego la amistad de los dos
sino...
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