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EL ROMANTICISMO
El siglo XIX es uno de los más agitados de la historia española. Numerosos acontecimientos sociales y políticos se suceden a lo largo de la centuria cambiando el panorama en el que los escritores románticos entran en escena. Así, por ejemplo, se pasa de un periodo absolutista gobernado por Fernando VII, a uno liberal que desembocará en una serie de revueltas que terminaráncon la restauración de la monarquía de los Borbones (Alfonso XII).
Pero el punto de partida del Romanticismo no se da durante este siglo, sino que hay que remontarse al final del XVIII. Es en este momento cuando Juan Meléndez Valdés rehabilita un género que durante el Neoclasicismo había degenerado al ser utilizado solamente para bajos usos: el romance. Tras emplearlo en temas pastorilessiguiendo la tradición de Góngora, lo aplicó al poema descriptivo de la Naturaleza creando un tipo de romance legendario que puede considerarse el origen de los cambios que estaban sufriendo los autores de las escuelas literarias sevillana y salmantina. Ambas mantienen la severa estructura formal del siglo XVIII, sus principios estéticos y sus temas favoritos. Sin embargo, puede observarse en ellasun estilo cada vez más retórico (dan al lenguaje eficacia para deleitar, persuadir o conmover) y vehemente (ardiente y lleno de pasión) y un progresivo aumento de elementos prerrománticos: sentimentalismo filosófico (la razón apela al sentimiento pues necesita apoyarse en él), exaltación de la naturaleza libre, gusto por lo sepulcral y por los temas exóticos, populares y cristianos, mayor coloridoen la descripción, entusiasmo patriótico…
Aun así, el Romanticismo propiamente dicho nace en Alemania, concretamente, en la escuela “Sturm und Drang” (Tempestad y pasión), que defiende la ruptura de las reglas establecidas y la expresión de los sentimientos. Posteriormente, este movimiento cultural, artístico e ideológico se extenderá lentamente a Inglaterra, Francia y otros países deEuropa como España, aunque aquí, en particular, la victoria de esta nueva postura ante la vida más emotiva que racional, no tiene lugar hasta 1835, año en el que se estrenó “Don Álvaro o la fuerza del sino” del Duque de Rivas. Será en esta obra y en las sucesivas donde queden reflejadas las características que marcaron esta etapa literaria: el patriotismo (elogio de los valores nacionales, lascostumbres populares y el folklore) y el culto al yo, es decir, la violenta exaltación de la propia personalidad que lleva al rechazo de la realidad porque no responde a las imágenes que el propio autor se ha creado como le ocurrió a don Quijote. La humanidad no le comprende, la patria le destierra, la mujer que había imaginado no existe. Este desengaño por unos ideales inalcanzables hace que se sientainadaptado, así que busca inesperadamente algo que satisfaga su angustia existencial. Por este motivo se rebela y huye a través de la imaginación hacia mundos fantásticos y exóticos rodeado de lujos, sensualidad, actitudes caballerescas propias de la Edad Media, misterio y una naturaleza plagada de bosques, tormentas, lugares agrestes (rudos, toscos, llenos de maleza) y ruinosos que reflejan suestado de ánimo. Aunque todo esto a veces no basta para saciar su ansia de libertad y la única huida posible es el suicidio.
Ante esto, los temas predominantes serán la intimidad del poeta (este se ofrece a sí mismo en espectáculo, exhibiendo sus sentimientos, sus anhelos, sus dudas, sus afanes, en una obra que viene a ser una especie de confesión pública), el descubrimiento del paisaje(sobre todo, de un paisaje agreste, nocturno, ruinosos, altas cumbres, mar tempestuoso, ambiente sepulcral…) la exaltación de lo nacional y lo popular, la vuelta a la Edad Media, el exotismo (lo oriental por su colorido brillante, su pompa fastuosa y refinada y su galante caballerosidad; y lo nórdico por su brumoso y nostálgico paisaje, sus misteriosas selvas y sus leyendas mitológicas) y las grandes...