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Este libro, que también puede usarse como un curso ( véase apéndice C ), presenta lo que hemos aprendido de Linda y de otras personas acerca de la oración de curación, y del psicólogo Erik Erikson acerca del desarrollo humano. Hemos usado el trabajo de Erikson porque él, como nosotros, cree que “hay poco que no pueda remediarse después y mucho que puede prevenirsetotalmente”.
Introducción
Si pudiera vivir otra vez
Si pudiera vivir de nuevo, trataría de cometer más errores la próxima vez. Me relajaría….. Sería más boba de lo que he sido en este viaje. Son muy pocas las cosas que me tomaría en serio….. Sería menos higiénica. Aprovecharía más oportunidades. Escalaria más montañas, nadaría más ríos y contemplaría más puestas de sol. Me comería máshelado y menos frijoles. Tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Pues, ¿saben?, soy una de esas personas que viven seria y sanamente, hora tras hora, día tras día. Ah, he tenido mis momentos, y si tuviera que hacerlo todo de nuevo, tendría más. De hecho, no tengo ninguna otra cosa. Solo momentos, uno tras otro, en vez de vivir cada día adelantándome tantos años. He sido una de esaspersonas que nunca van a ningún lado sin un termómetro, una botella de agua caliente, un enjuague bucal, un impermeable y un paracaídas. Si tuviera que hacer todo de nuevo, viajaría más ligera….. Me descalzaría a principios de la primavera y permanecería así hasta bien entrado el otoño. Me subiría a más caballitos de carrusel. Recogería más margaritas. De una entrevista con una mujer de 85 años delas montañas de Kentucky.
Cuando vamos los tres juntos al supermercado, Matt y yo nos dirigimos al tocino y Sheila se detiene en los pollos enteros… con todo e hígados. La crisis se presenta si llegamos a la caja registradora y no tenemos suficiente dinero para pagar las compras. Para Matt y yo que fuimos educados en un hogar católico irlandés, el tocino se consideraba un antojito especial quesolo lo servía los domingos en la mañana. Para Sheila, quien fue criada en un hogar judío, el tocino era un alimento prohibido que ni siquiera se permitía que entrara a la casa. La queridísima abuela judía de Sheila se especializaba en cocinar hígados de pollo picados, mientras que los únicos recuerdos que Matt y yo tenemos de ellos son las ocasiones en que nuestros padres nos obligaban a quenos termináramos los sobrantes de las cenas en las que servían pollo.
No solo aprendemos de nuestros padres y abuelos lo que nos gusta y nos disgusta respecto a la comida, sino muchos otros patrones de conducta. Por ejemplo, las estadísticas muestran que dos de cada tres hijos de padre o madre alcohólicos se casan con un alcohólico y /o ellos mismos se vuelven alcohólicos. Si ambos padres son...
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