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El bravío mar de Bering desataba su furia sobre el Hawk, el barco carguero del capitán Luke Bronson, quien desde su cabina observaba el poderío de las fieras aguas mientras el resto de latripulación se resguardaba bajo cubierta nerviosos por los estruendos causados por la brutal tormenta.
- Esa maldita tormenta va a acabar con mi barco -. Pensó el capitán al ver las gigantes olas que selevantaban dominantes ante sus ojos y luego se desplomaban para volver a formar parte de aquella espesa masa de agua y chocar contra la proa de la embarcacion, sacudiendola como si fuera solo un juguete.Mientras, abajo en los camarotes, el resto de la tripulación rezaba por su vida.
- ¡Maldita sea!, ¡Vamos a morir! -. Decía el asustadizo británico John Miller, a quien se le notaba el pánico en elrostro, aunque era comprensible, pues era su primera temporada en el mar y justo se habián encontrado con una tormenta.
- ¡Claro que no! Es solo una pequeña tormenta -. Le replicó Chris Baker, el tiporudo de Texas, mientras pasaba lentamente sus dedos por su espesa y enredada barba.
- ¡Claro que sí, Chris! Miller tiene razón -. Dijo con voz de preocupacion Alphonse Mourchois, el campesino frances aquien el destino lo habia llevado al barco del capitán Bronson para ganarse la vida hace ya 12 años, pero a pesar de ser uno de los que mas tiempo lleva siendo parte de la tripulación junto con Bakery James Frank, habiendo mas de 15 tormentas en medio del mar, aún no perdía su miedo por ellas. – Creo que es el fin-.
- ¡Tu cállate maldito francés! Talvez en tu estupido país solo te enseñaron aser un maldito corbade que solo come pan y talvez Miller es solo un homosexual británico que solo sabe beber té, pero yo no le tengo miedo a una tormenta, he pasado 15 años de mi vida en barcos, hevivido cosas peores, de esas que te hacen mear en los pantalones y aquí estoy-. Baker se levanto de su cama y se dirigió al minibar para tomar una cerveza y salió del camarote. –Imbéciles -. Murmuró...