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Hubo una vez un hombre en la antigua Roma, Marco Licinio Craso era una de las personas más ricas de la ciudad, su riqueza provenía de los bienes raíces y el "alquiler inmobiliario".
Como Crasoquería aumentar sus riquezas decide organizar el primer servicio contra incendios en Roma, y para asegurarse de que sus bomberos tuvieran siempre trabajo, organizó las primeras brigadaincendiarias. Eso era de esperarse de un hombre asi, ambicioso y cruel, solo decide organizar su brigada de bomberos para poder quedarse con las casas de las personas que salvaba, no daba la orden deapagar el incendio si el dueño del territorio no lo vendía a precios muy bajos en ese instante. Así la gente prefería ganar dinero de venta injustamente, que obtener una casa o parcela destrozados.Por esa razón fue que fundó la brigada incendiaria, para tener mucho trabajo y poder apropiarse de las propiedades de los demás.
Un tiempo después de organizada su brigada, el tiene que ir asocorrer a una casa que sus hombres incendiaron, pero no era cualquier casa, era inmensa y muy lujosa, tenia grandes puertas de madera, los marcos de las ventanas eran de oro y el lugar estaballeno de objetos muy valiosos.

- Esa casa tiene que ser mía, dijo Craso.
- Pero señor, una posesión tan valiosa como aquella debe ser de alguien muy importante aquí en Roma, no seráfácil apropiarse de ella, respondió el bombero.
- No me importa de quien sea, el dueño tendrá que venderme la casa, excepto que prefiera quedarse sin nada.

Entran en la casa, la cantidad dehumo hacia muy difícil poder guiarse, mientras los bomberos luchaban con las llamas, Craso estaba muy distraído y solo se fijaba en lo que seria su nueva propiedad. Mientras él caminaba pordentro de esa mansión, una tabla del piso se rompe provocando que Craso caiga sobre las llamas y lo ultimo que se escucho de él fueron sus gritos de dolor que emitía mientras estaba ardiendo vivo.