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2° parte del libro
Liceo británico de México
Irving Domínguez Munive
Comprensión lectora

Índice


Portada_________________________________________1
Índice___________________________________________2
El camino a santa rosa___________________________3-6
La masacre de Yepachi__________________________7-15
El camino a santa rosa
Era ya media noche en santa rosa. Cansado,regresando de mí viaje a la ciudad de Juárez en chihuahua, no quiero dormir sin dejar un pormenor de lo que me paso estos días que estuve de viaje.
En la mañana, cuando baje del avión en el aeropuerto de chihuahua, me estremeció el miedo sin razón. Sentí la muerte cerca, aunque no vi nada extraño.
Adentro del aeropuerto, mientras esperaba a mi padre que llegaría por mí para llevarme a la ciudad deJuárez, comprobé que mis presentimientos tenían razón de ser. En el estacionamiento observe que llegaban unos hombres en unas trocas nuevas color. Cuando estaban formados para checar para viajar a la ciudad de Santa Rosa en el mismo vuelo que me trajo de puebla. Sin motivo alguno me puse a ver a los pasajeros desde mi asiento, adivinando sus nombres, edad, su ocupación y el motivo de su viaje. Dosjóvenes de 23 y 29 años, que podrían llevar el nombre de Saúl y Pedro, me llamaron la atención porque no llevaban más que una bolsas deportivas y era evidente que esperaban a alguien, pues miraban constantemente la entrada de la sala y el avión que aguardaba en la pista. Por sus ropas vaqueras y su rostro serrano, apuesto, de rasgos fuertes y la ansiedad que muestran, deben ser pasajeros que porprimera vez toman el avión. Por sus relojes dorados y sus cadenas de oro al cuello, no son campesinos pobres, sino trabajadores bien pagados que pueden viajar en avión.
Uno de ellos, Saúl, el más joven, miro a alguien que entraba al aeropuerto y previno al otro, a Pedro. Se miraron y caminaron de prisa al estacionamiento, cuando iban caminando al estacionamiento, pasaron 2 hombres corriendo, conpistolas en la mano. Saúl y Pedro desesperados, intentaron subir a la camioneta, pero se detuvieron al ver a unos hombres armados con metralletas. Se escucharon balazos, gritos y órdenes para que se detuvieran.
Acorralados los dos jóvenes trataron de correr y escapar, se escucharon más balazos Saúl recibió una descarga y murió, Pedro corrió hacia donde yo estaba y justo frente de mi cayó muerto. Quedode lado mirándome con los ojos muy abiertos, mientras un hilo de sangre le salía de su boca y su camisa de cuadros negros se manchaba de rojo.
Mi padre llego por mí en una troca colorada con placas de Monterrey y un estéreo de 6 bocinas que tocaba corridos. Ni los corridos, ni los campos verdes menonitas, me borraron la impresión del aeropuerto. De camino a casa donde acaba el pavimento ycomienza el camino de terracería, que se vuelve nubes de polvo y saltos, me esperaba otro percance, un retén de judiciales. Bájense, gritaron de mal modo. Obedecimos y revisaron la troca por arriba y por abajo. Abrieron mi maleta, las cajas con alimentos, los costales de herramienta. Metieron alambres en el tanque de gasolina, levantaron el tapete de la cabina y voltearon los asientos. Armas y licor, mecontestaron, cuando les pregunte el motivo de la revisión. Solamente encontraron un six pack de coronitas que llevaba para la sed del camino.
Seguimos el camino después de dar cumplimiento a la Ley Seca de la Sierra, pero más allá, en los llanos verdes, nos esperaba otro reten ahora de soldados. Droga, me contestaron, cuando les pregunte que buscaban. La droga se saca de la sierra, no se mete,les dijo el ventarrón. Si anduviéramos en eso, iríamos para atrás, no para lo caliente, agregó. No entendieron su concepto de la geografía del narcotráfico y, como respuesta, por ser el chofer, le pidieron los papeles de la troca. Mi padre saco de la guantera una bolsa de plástico llena de permisos, tramites, gestiones, recibos y pagos de impuestos. Solo me falta el registro federal que está por...