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Personajes:
Coro
Sansón
Gregorio
Abraham
Benvolio
Romeo
Teobaldo
Ciudadano
Sr. Capuleto
Sra. Capuleto
Sr. Montesco
Sra. Montesco
Paris
Criado Montesco
Julieta
Criado Capuleto
Mercucio
Nodriza
Fray Lorenzo
Baltazar
Príncipe
CORO: En la bella Verona, donde sucede nuestra escena, dos familias en nobleza iguales, deantiguos rencores forjan odios nuevos, tiñendo de sangre las manos ciudadanas.
De la oscura entraña de estos dos enemigos, en mala estrella, nacieron los amantes desdichados cuya desgracia convirtió en piedad la furia de sus padres. La triste visión de su fatal amor puso fin a una cólera ancestral.
Solamente la muerte de los hijos pudo traer a sus padres la paz.
Escena 1
[Verona, una plazapública. Entran Sansón y Gregorio, armados con espadas y escudos]
Sansón.-Hazme caso, Gregorio, no tenemos que bajar la cabeza. Cualquier perro de la casa de los Montesco me encoleriza.
Gregorio-.Cuando uno es enoja es débil; el valiente es paciente y firme.
(Entran Abraham y Baltazar. Sansón se muerde el pulgar)
Abraham-. ¿Usted se muerde el pulgar por nosotros,señor?
Sansón-. Efectivamente, memuerdo el pulgar.
Gregorio-. ¿Quiere pelea, señor?
Abraham-. ¿Pelea señor? No, señor.
Sansón-. Pero si lo desea señor, estoy con usted. Sirvo a un amo tan bueno como el suyo. Abraham-. Pero no mejor.
(Entra Benvolio)
Gregorio-. Di “mejor”. Aquí viene un pariente del amo.
Sansón-. Sí, mejor, señor.
Abraham-.Mientes.
Sansón-. Saca tu espada si eres hombre. Gregorio, acuérdate de tugolpe maestro. (Pelean)
Benvolio-. ¡Apártense, idiotas! Bajen las espadas; no saben lo que hacen.
(Baja las espadas con la suya y entra Teobaldo)
Teobaldo-. ¿Qué haces con la espada en alto entre estos viles siervos? Date vuelta, Benvolio, enfréntate a tu muerte.
Benvolio-. Yo solo quiero paz. Baja tu espada o úsala para ayudarme para separar a estos hombres.
Teobaldo- Yo odio la palabra pazcomo al infierno, a los Montesco y a ti. ¡En guardia cobarde!
(Se pelean. Entran varias personas de ambos bandos que se unen a la pelea; después entran ciudadanos armados con garrotes.)
Ciudadano-. ¡Ciudadanos! ¡Con garrotes y picas! ¡Mueran los Capuleto! ¡Mueran los Montesco!
(Entran Capuleto, en bata, y la señora Capuleto.)
Capuleto-. ¿Qué ruido es este? ¡Denme mi espada grande!
SeñoraCapuleto-. ¿Por qué pides tú espada? ¡Lo que necesitas es una muleta!
Capuleto-. ¡Mi espada he dicho! ¡Allí viene el viejo Montesco y saca su arma para provocarme!
(Entran Montesco y la señora Montesco.)
Montesco-. ¡Infame Capuleto! ¡Apártate, déjame pasar!
Señora Montesco-. ¡No te dejaré mover un pie hacia el enemigo!
(Entra el Príncipe con su séquito)
Príncipe-. ¡Ustedes profanan elvecindario con sus espadas sangrientas! ustedes no son hombres sino bestias. Bajo pena de tortura, arrojen esas armas destempladas y escuchen la sentencia de su indignado Príncipe. Tú Capuleto y tú Montesco, han turbado tres veces la quietud de nuestras calles con peleas nacidas de palabras vanas y hasta han incitado a los viejos vecinos de Verona. Si vuelven a perturbar nuestras calles pagarán consus vidas esa afrenta a la paz. Por esta vez retírense.
(Salen todos, menos Montesco, su mujer y Benvolio.)
Montesco-. ¿Quién volvió a despertar esta antigua discordia? Habla, sobrino, ¿Estabas presente cuando empezó?
Benvolio-. Los sirvientes de nuestro adversario ya peleaban con los nuestros cuando llegué.
Señora Montesco- ¿Y dónde está Romeo?
Benvolio-. Solo faltaba una hora para queel sol amaneciese, salí a pasear por el bosque de sicomoros y vi a tu hijo allí, apenas lo vi me dirigí hacia a él, pero se internó en lo más profundo del bosque.
Señora Montesco-. Dicen que va allí con frecuencia. Una pena enorme y sombría lo aqueja y seguirá creciendo si un buen consejo no lo llega a confortar.
Benvolio-. ¡Aquí está! Aléjense por favor. Pronto sabré la causa de su mal.
(Se...
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