Abby Calhoun Nada Que Perder




   

   
   

Nada que Perder


Abby Calhoun

   
   
   
   
   

   

   

   

   
   
Índice:


I

II

- Domingo: ¿Qué vas a hacerme?

- Lunes: ¿Qué quieres de mí?

- Martes: Ahora o nunca

III

- Miércoles: Dime la verdad

- Jueves: Decidido

IV

- Viernes: Compromiso

- Sábado: Relájate

V

- Domingo: Vuelta a la realidad

VI

VII

VIII

IX

X

 

Me gustaría agradecer ami madre, su pareja y a mi amiga Ciara el apoyo prestado en este “disparatado” proyecto.

Gracias por darme ánimos en todo lo que me propongo.



 


 


 


 


 


 


 

 
 
I


No podía creer que al fin hubiese llegado ese ansiado momento, tan solo una semana más tarde, mi vida iba a cambiar para siempre.
  Desde que salí de la escuela de Diseño de Interiores, en Nueva York,cuatro años atrás, cuando comenzaba la veintena, llevaba esperando aquel momento. Estaba feliz y no me podía ni imaginar todo lo que estaba por llegar.
  Recuerdo la cara de mis compañeras cuando hablábamos sobre nuestros planes de futuro, no podíamos ser más distintas. Ninguna entendía como no quería quedarme a vivir en Nueva York o Los Angeles, e intentar amasar una fortuna con los clientes máspoderosos y adinerados que pudiera conseguir. La mayoría soñaban con ser importantes abogadas, médicos, alguna profesora, pero, por lo general, deseaban una vida en la ciudad donde pudieran estar rodeadas de lujos y de gente influyente. Yo no, eso nunca tuvo ningún sentido para mí. Si, sabía que necesitaba dinero para vivir, pero yo no quería más de lo que pudiera necesitar. Lo que quería era vercumplidos mis sueños. Desde que había tenido uso de razón, quería tener una pequeña granja con un porche en las afueras de Ketchum, Idaho, donde me había criado. Lo del porche no era un asunto negociable, soñaba con sentarme en el y ver las montañas a lo lejos, disfrutar del paisaje..., si me concentraba podía sentirlo. El sol calentando mi piel, el sonido de los insectos disfrutando de las floresque tendría alrededor. Lo visualizaba como en uno de esos sueños en los que puedes verte fuera de tu cuerpo, como un invitado de tu propia imaginación, había tanta tranquilidad que era difícil de creer. Muchas veces, para completar esta ilusión, me veía acompañada por alguien con quien podía pasar el resto de mi vida. Esto último, debido a mi suerte en el amor, cada vez se fue diluyendo más, hastapasar a ser una anécdota olvidada en lo que imaginaba que sería mi vida futura.
  La única persona con quien podía hablarlo y no se extrañaba tanto como las demás, era mi amiga Rachel. Llevábamos juntas desde el instituto y decidimos no separarnos al continuar nuestros estudios en la universidad. Debido a la mala relación que ella tenía con sus padres nos fuimos a estudiar a Nueva York, en lugarde quedarnos en Idaho. Sus padres se separaron cuando tenía catorce años, y la usaban como arma en su batalla personal. Rachel jamás los perdonó por hacerle aquello, y por eso tomó la decisión de poner distancia en cuanto tuviera la menor ocasión. Ella estudió veterinaria, compartíamos el mismo amor por los animales, salvo que en mi caso, no podía aguantar darle un pinchazo a nadie y mucho menosrealizar una operación. Ella estaba preparada para eso y más, era una persona fuerte y de gran personalidad. Con cruzar un par de palabras con ella sabías que era alguien digno de confianza, y no solo eso, sino que tendrías al lado a una persona que siempre estaría ahí, fuera lo que fuera lo que necesitaras. Recuerdo cuando la conocí en el instituto, allí estaba ella, sentada en una de esas grandesmesas del comedor. Su pelo corto, tipo cascarón, de color rubio, resaltaba rebelde dentro de la enorme sala. Sus ojos, muy vivos, eran de un azul muy claro y su complexión pequeña, solo destacaba, aparte de por su pelo rubio, por su cuerpo un poco regordete. Mi estatura no llegaba al metro setenta, y Rachel era bastante más bajita que yo.
  Decidí sentarme a su lado, porque fue la única...