Abc codigo mafioso
Una relación extraña se ha establecido entre nosotros. No me lo explico, dada la arrogancia y el orgullo con que trataa todo el mundo.
Sabe, por ejemplo, que yo la amo con locura, y me permite, incluso, hablarle de mi pasión, francamente, sin trabas. No podía demostrarme mejor su desdén con este permiso:
Yaves, hago tan poco caso de tus sentimientos, que todo lo que puedas decirme o experimentar me tiene absolutamente sin cuidado.
Ya antes me hablaba mucho de sus asuntos, pero jamás con enteraconfianza. Por si eso fuera poco, en su desprecio hacia mí ponía refinamientos del siguiente género: sabiendo que me hallaba al corriente de tal o cual circunstancia de su vida, de una grave preocupación, porejemplo, me contaba sólo una parte de los hechos si creía necesario utilizarme para sus fines, o para alguna combinación, como un esclavo. Pero si ignoraba todavía las consecuencias de losacontecimientos, si me veía compartir sus sufrimientos o sus inquietudes, no se dignaba jamás tranquilizarme con una explicación amable. Como ella me confiaba a menudo misiones no solamente delicadas, sinopeligrosas, estimo que debería haber sido más franca. Pero, ¡a qué inquietarse de mis sentimientos, por el hecho de que yo también me alarmase, y quizá me atormentase tres veces más que ella por suspreocupaciones y sus fracasos!
Yo conocía desde hacía tres semanas su intención de jugar a la ruleta. Me había incluso avisado de que yo debía jugar en su lugar, pues las conveniencias prohibían que ellalo hiciese. En el tono de sus palabras comprendía, entonces, que ella experimentaba una honda inquietud y no el simple deseo de ganar dinero. Poco le importa el dinero en sí. En eso hay un...
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