abogado
- ¡Buenas noches, señor Sapo! ¡Con ese latazo que me está dando, nopuedo pegar un ojo! ¿Por qué no se va con la música a otra parte?
El señor Sapo le miró en silencio durante todo un minuto con sus ojillos saltones. Luego replicó:
- Lo que usted tiene, señor Ratón,es envidia porque no puede cantar tan melodiosamente como yo.
- Desde luego que no; pero puedo correr, saltar y hacer muchas cosas que usted no puede - repuso el Ratón con acento desdeñoso.
Y sevolvió a su cueva, sonriendo olímpicamente.
El señor Sapo estuvo reflexionando durante un buen rato. Quería vengarse de la insolencia del señor Ratón. Al cabo se le ocurrió una idea.
Fuése a la entradade la cueva del señor Ratón y empezó de nuevo a soplar en la flauta, arrancándole sonidos estrepitosos.
El señor Ratón salió furioso, dispuesto a castigar al osado músico, pero éste le contuvodiciéndole:
- He venido a desafiarle a correr.
A punto estuvo de reventar de risa el señor Ratón al oír aquellas palabras. Pero el señor Sapo, golpeándose el pecho con las patas traseras, exclamó:
- ¿Quéapuesta a que corro yo, más por debajo de la tierra que usted por encima?
- Me apuesto lo que quiera. Mi casa contra su flauta. Si gano, ya tendré derecho a destrozar ese infernal instrumento,golpeándolo contra una piedra hasta dejarlo hecho añicos... Si gana usted, podrá tomar posesión de mi palacete, y yo me marcharé a correr mundo.
- De acuerdo - respondió el señor Sapo.
- Pues bien: alamanecer empezaremos la carrera.
El señor Sapo regresó a su casa y al entrar gritó:
- ¡Señora Sapo, venga usted aquí!
La señora Sapo, que conocía el mal genio de su marido, acudió al instante a sullamamiento.
- Señora Sapo - le dijo, - he desafiado a correr al señor Ratón.
- ¡Al señor Ratón...!
- ¡No me interrumpas...! Mañana, al amanecer, empezaremos la carrera. Tú irás, al otro lado del...
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