aborto
Independientemente de su legalidad, el aborto provoca grandes dilemas éticos, religiosos y personales. El 70% de la población estadounidense opina que el aborto debe ser una decisión privada de la mujer; no existe, en cambio, un consensomoral sobre si el aborto está bien o está mal. Las explicaciones éticas, como los argumentos religiosos, son el resultado de siglos de polémica, a los que hay que añadir las vicisitudes y realidades de la vida moderna.
La mayoría de los razonamientos comparan las necesidades y los derechos de la mujer con la naturaleza y los derechos del embrión o del feto; casi todos son formuladoscategóricamente poniéndose de parte de uno o del otro. Así pues, para quienes consideran el embrión como un ser humano con todos sus derechos, el aborto es una aberración y hasta un crimen. Para los que el embrión no es una persona, los derechos de la mujer tienen prioridad.Los partidarios del derecho de la mujer a decidir sobre el futuro de su embarazo se identifican como pro-elección, mientras que los quedefienden los derechos del embrión y del feto se conocen como pro- vida. Tanto un grupo como el otro parecen vivir en mundos diferentes, no comparten la mismas premisas ni el mismo lenguaje. Están fervientemente convencidos de que sus opiniones sobre el aborto son las más correctas, éticas y morales. No obstante, es evidente su ternor a que si el otro bando triunfase, muchos de los principiosbásicos que han guiado sus vidas quedarían devaluados.
Para la mayoría de las mujeres que se enfrentan con la dura realidad del embarazo indeseado, estos argumentos polémicos son demasiado abstractos y prefieren optar por segpir sus propias conciencias. Esta es probablemente la razón por la que, al menos en Estados Unidos, tanto las mujeres que se consideran religiosas como las que no muestran un índicede abortos parecido.
Aunque todavía existen sociedades en las que el aborto marca a la mujer con el estigma del homicidio, la vergüenza de la frivolidad y la culpa de un daño autoproducido, estudios recientemente publicados en la revista oficial de la Asociación Americana de Psiquiatría demuestran que cuando el aborto se lleva a cabo dentro de un contexto social que lo acepta, y la mujer recibeapoyo emocional de familiares y amigos, los efectos secundarios son insignificantes. De hecho, muchas mujeres se sienten profundamente aliviadas, menos angustiadas y menos deprimidas después de interrumpir el embarazo, especialmente si lo hacen durante los tres primeros meses de gestación. Por el contrario, tanto las mujeres que desean intensamente terminar su embarazo yno lo consiguen como losniños desafortunados que crecen en esta situación que la madre trató de evitar suelen sufrir daños emocionales.
Hoy existe ya una mayor aceptación del aborto por parte de la medicina, aunque en todas las sociedades hay unos médicos que practican el aborto y otros que se niegan. La práctica del aborto es particularmente traumática para los médicos y enfermeras cuando se lleva a cabo después del...
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