Aborto
Un aborto es la terminación de un embarazo. Es la muerte y expulsión del feto antes de los cinco meses de embarazo. Después de esta fecha, y hasta las 28 semanas de embarazo se llama parto inmaduro y parto prematuro si tiene más de 28 semanas. Se dice que hay aborto completo cuando se expulsa con el feto la placenta y las membranas. Hay retención placentaría cuando se expulsasolamente el feto y se dice que hay restos uterinos cuando sólo se expulsa una parte del producto de la concepción. A veces es difícil distinguir realmente lo que se ha expulsado, dadas las alteraciones que sufre no sólo el feto, sino la placenta y las membranas.
Dios, los hombres y el aborto
Hecho consumado. Cuarenta y seis votos a favor, 19 en contra. Ganó el derecho a decidir. El de lasmujeres. No el de la Iglesia. Y mucho menos el de los machos. No: de ahora en adelante, las mujeres del DF serán quienes decidan, en pleno reconocimiento del marco legal, si quieren o no interrumpir un embarazo no deseado. Fait accompli. Done. Finito. Sí: hecho consumado. En México, en su capital, ha ganado el libre pensamiento, la política de Estado, las luces y la razón, sobre la fe y el dogma.Pero, sobre todo, las mujeres: han ganado su legítima patria protestad sobre aquello que quizás es lo único verdaderamente suyo: su cuerpo, su salud, y sí, su vida… Y claro, su futuro. En estas semanas me pude percatar de que la carga cultural del debate por el aborto es mucho más medieval e incluso prehistórica (con todos los atributos del medioevo) de lo que parece. Y lo aseguro, por los argumentosque se escondían detrás de los planteamientos en contra. Voy por partes.
1) Aborto y derecho divino. Por más que busqué en la hemeroteca de Excélsior (una de las más antiguas y documentadas en nuestro país), sencillamente no encontré ninguna nota de ninguna conferencia de prensa ofrecida por Dios, en la que señalara que toda mujer que aborte se ganaría el derecho a quemarse eternamente en elInfierno, y ni siquiera que su alma se iría a penar al Limbo (y lo entiendo, toda vez que éste ni siquiera existe, según nos lo informó el Vaticano). No: Dios nunca se ha apersonado a pronunciarse sobre la interrupción del embarazo y no dejar duda a ese respecto. De la misma forma que nunca promulgó el derecho divino de un nacido en cuna real a gobernar al resto de los hombres y las mujeres de unpaís, sólo porque él era el siguiente en una imaginaria línea de imaginaria sangre azul. Así pues, ante la falta de evidencia divina, un buen día hombres y mujeres ilumináronse y reclamaron su legítimo derecho a decidir sobre sus destinos. Hoy, las mujeres, a decidir sobre su cuerpo…
2) Mujeres y cuerpo. Y desde los mismos tiempos en los que se aseguraba que Dios decidía sobre la sangre de lossoberanos y hombres y mujeres tenían que aguantar el yugo de las monarquías porque Dios lo dice, así se aseguraba también que Dios decidía sobre el cuerpo de las mujeres y, en mucho, hasta hace muy poco, a las mujeres parecía no quedarles sino aguantarse. Un discurso de fe que ha dispuesto del cuerpo femenino y, en primera instancia, de su placer. Virginidad, castidad, fidelidad: las grandes exigencias(promovidas como "virtudes") cristianas que, en realidad, tienen el objetivo de invalidar el deseo y el placer sexual del sexo femenino. Un muy efectivo discurso de poder (Foucault dixit) cuya finalidad última es garantizar (o pretenderlo) que se blinde la certeza masculina respecto a la paternidad. Y es que sólo la virgen, la casta, la fiel, es quien le garantiza al macho que fue suya (y no la deningún otro), "la simiente" que fecundó al óvulo. Y precisamente este discurso de poder, sobre el cuerpo y el placer femeninos, nos permite entender que sea, sobre todo el macho (y el mexicano más), el principal opositor a la despenalización del aborto:
3) Mujer, aborto y propiedad. El hombre (como especie) históricamente ha puesto a Dios como testigo de sus ambiciones y su poder (mucho o...
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