Abstención
En las pasadas elecciones del 15 de diciembre, nada nuevo bajo el sol…..la concerta “2.0” gana ampliamente, pancartas por aquí, pancartas por allá; grandes recursosdespilfarrados en fotitos, caritas sonrientes, acusaciones cruzadas; “pueblo soberano” haciendo uso de su “deber” y “derecho cívico”; milicos en centros de votaciones, periodistas no muy objetivos (unavez más), en sus declaraciones pro-voto, canales de televisión madrugadores para tener la mayor cobertura posible a aquel primer cristiano que vota, ejemplo de republicanismo y educación cívica; laderecha que ni siquiera alcanza a reflejar el voto pinochetista duro, altísima abstención….pero cuidado con esto último.
Bachelet con un poco más de 62% no representará más que un 23% del universo delpadrón electoral actual. “Ganó entre los verdaderos ciudadanos comprometidos”, decían algunos; “¡no! Aquí el verdadero triunfo es del descontento popular”, “se castiga una nueva vez a la clasepolítica”, vociferaban otros…. Palabra más, palabra menos; consigna más, frase panfletaria menos, el gran actor que toma un rol protagónico explícitamente en la coyuntura es, paradójicamente, un sujetopasivo, individualista, inmerso en un estado de alienación constante, un “sujeto consumidor”, como Patricio Navia, cientista político de la Diego Portales, defiende sin ningún buen argumento.
La abstenciónsí fue la que primó, eso no se puede rebatir. El turno de la izquierda revolucionaria es ahora. Hoy estamos llamados a, por lo menos, problematizar quien es aquel que no fue a votar, en qué estáhoy políticamente; en la intervención de sus espacios sin afanes asistencialistas, pero sí en la resignificación de los mismos, etc.
No debemos, como izquierda revolucionaria, crear castillos en elaire a partir del mero número, de la mera estadística, de la fría cifra: este no es el triunfo del descontento social, no es el triunfo de la abstención crítica, no es el triunfo, en definitiva, del...
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