Acceso Universal A La Energia
Julio Salvador Jácome
Jsalvador37@yahoo.es
1. Introducción
El concepto del acceso universal en los servicios públicos tiene sus primeras citas en la industria de las telecomunicaciones con la Ley de Telecomunicaciones de Estados Unidos de 1934, en la que se describía el concepto de accesibilidad de los servicios telefónicos, así como el de su disponibilidad universal en favor de los hogares que deseaban utilizar tales servicios. Este concepto luego ha sido trasladado a otros ámbitos y en especial a la energía, así las Naciones Unidas en su publicación Energy for a Sustainable Future (UN, 2010) considera el acceso universal a la energía como uno de los pilares para la lucha contra la pobreza. En el mismo sentido hay quienes consideran que el Acceso Universal a la Energía es un derecho (Lumbreras, Et.Al, 2007). En este marco es relevante destacar que el concepto del Acceso Universal a la Energía, ha sido incorporado en la reciente declaración de la Política Energética del Perú 1, como uno de sus objetivos de política. El concepto como tal es muy ambicioso, como debe ser todo objetivo, y siendo así obliga a tomar decisiones y rumbos de acción diferentes a los que se han venido tomando en el sector, pues el énfasis sectorial se amplía y sus consecuencias también; lo cual debiera significar un cambio en las estrategias del sector y del Estado en general, pues trasciende el marco sectorial. El acceso a la energía se define objetivamente en la posibilidad económica que tienen los ciudadanos para adquirir la energía, por lo que el análisis se realiza desde la perspectiva micro, antes que al nivel agregado y de las grandes magnitudes, analizándose los condicionantes que enfrentan los usuarios finales en el momento de optar por las diferentes opciones energéticas que el mercado ofrece. Con el nivel de desarrollo económico existente y las tecnologías disponibles resulta contradictorio saber que 1.400 millones de personas en el mundo no tienen acceso a la electricidad (según la IEA, 2010), de los cuales el 85% está en las zonas rurales. Asimismo, se señala que si no se desarrollan políticas especialmente dedicadas a este fin, en el año 2030, la cifra será de 1.200 millones. En el mismo sentido, el número de personas que viene utilizando la biomasa tradicional (leña, bosta, etc.) es de 2.700 millones y de no hacer nada drástico, en el 2030 el número se incrementará a 2.800 millones de personas. En el país se ha logrado hasta el año 2010 un coeficiente de electrificación del 82%, lo cual significa que hay cerca de 6 millones de peruanos para quienes todavía la energía eléctrica no está disponible. En el mismo sentido, en el balance nacional de energía del
1
Decreto Supremo N° 064‐2010‐EM “Aprueban la Política Energética Nacional del Perú 2010 – 2040”.
año 2009, el 50% de la energía que consume el bloque residencial–comercial tiene como fuente la biomasa. Se ha evidenciado que existe una estrecha relación entre el consumo energético y el nivel de desarrollo de los países, por ello es que conjuntamente con las políticas de erradicación de la pobreza se tiene que adoptar medidas para facilitar el acceso tanto a la electricidad como a las energías limpias para la cocción de sus alimentos a los ciudadanos de las zonas económicamente deprimidas (IEA, 2010). En ese sentido, lo que se reclama es la participación de los Estados (WEC, 2006) para lograrlo; sin embargo, y a pesar de los grandes esfuerzos que éstos realizan para dotarles de redes ...
Regístrate para leer el documento completo.