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De que nada se sabe

Inquietante novela coral que indaga en la amenaza sostenida y duradera que la violencia y la muerte ejercen sobre la condición humana.

ConQuito como escenario, empapada constantemente por una humedad asfixiante, De que nada de sabe presenta fugazmente a una serie de personajes, existencias de todasclases y condiciones sociales que discurren entrecruzándose: Campos, el taxista, hombre compasivo en una tierra de espantos, que lleva quince años recorriendo lascalles y prometiéndose no volver a subir a su carro a mujeres solas en apuros, a clientes que quieren llegar con urgencia al hospital pero que nunca lo cumple; MaríaAugusta Chiriboga, estudiante de medicina, hasta ayer hija perfecta, estudiante ejemplar, acostumbrada a pecados veniales o a hipocresías de segundo orden, estrena hoyel primer cargo de conciencia de su vida; Wilfrido Arenas, que viaja desde su pueblo costeño hacia Quito en busca de un futuro y es recibido por un frio desolador yel olor a mierda de una ciudad en la que es difícil sobrevivir más de dos días seguidos. A ellos, como tantos otros, les aguarda un ineludible destino final común:la mesa de disección de una morgue. Allí, el médico forense (legista, como se dice en Ecuador) Arturo Fernández, que se encuentra más cómodo entre cadáveres que entrelos vivos, es incapaz de resignarse ante tantas historias abiertas en canal e intenta reconstruir, entre la disección y la compasión, el sentido de una realidaddesgarrada practicando en el fondo la autopsia a la propia ciudad, a la violencia que corre por sus tejidos enfermos, intentando entender la vida a través de la muerte.