Acerca de verdugos y moretones mor(t)ales

Nunca vino a plantarme un beso a mitad de la noche. Ni siquiera vino ninguna vez a mitad de la noche a mi casa a cualquier cosa, es decir a nada. Jamás me llamaba y cada que yo lo hacía no me contestaba. Ni me abría la puerta cuando tocaba, ni me respondía los mensajes, al menos no hasta que él consideraba que era tiempo de hacerlo.
Y sin embargo, me acuso injustamente de quererle en cada unade sus acciones alevosamente diseñadas para hacer de mí una mediocre enamorada. Una enamoradita, chiquita, casinada de amor. Como decía mi abuela, nadie escoge el castigo, y mucho menos el verdugo.

Así que ahí estaba yo, en el infestado Insurgentes, pensando cómo carajos iba a pagar todos los cafés que me había tomado y peor aún cómo me iba a venir tanta cafeína en dos horas. Seguro acabaríasintiéndome como un chingado pacman buscando en cada calle uno de esos puestitos donde venden cigarros sueltos. Porque eso sí- y ante todo- la salud es primero ¿Me entiendes? y de paso la economía, aunque eso sea una falacia pues al cabo del tercer cigarro te das cuenta que la cosa no va tan bien como esperabas, no te sientes menos enferma (decir más sana, es muy sobrado) pasados 10 cigarros te dascuenta que ya hubieras pagado la cajetilla, pobre idiota, me digo en voz baja no vaya a ser que el mesero me escuche y se le antoje revocarme mi adjetivo calificativo con dulzura altamente patética.

Con cierto dolor me levanto de la mesa, otra vez con la cola de diablo entre las piernas, No va a venir, pienso que ya me salvé. Siento escalofrío como cuando las películas de Psicosis. Miro dereojo: mi verdugo entra a la cafetería, con sus lentes de montura negra y su cabello desordenado, Hey Baby me dice con un inglés medio chilango y medio country. Pobre de mí, ni siquiera me ha agarrado confesada, debí haber sabido, debí haberme parado dos cuadras antes y entrar a la iglesia y confesarme,

INT/ Iglesia/ Día

Ave maría sin pecado concebida,

Me acuso de ser una femme fatale conbuenas intenciones, de ser una antrógina underground, Pin up holograma, ninfómana de clóset, hedonista y narcicista sin remordimientos, de morder las manzanas de plástico de los fruteros, (de ser una miope también y confundir cualquier fruta con una manzana). He pecado tantas veces como me ha sido posible y en las veces imposibles también he intentado salirme con la mía, he caído en tentación, entrampas, en camas sin sábanas, en sofás-cama y en pensamientos lujuriosamente novelescos y por demás cursis. He deseado el hombre de mi prójima, usualmente el de la más próxima, he bitcheado a diestra y siniestra sin compasión, me he hecho la víctima cuando me acorralan como método infalible de supervivencia. Y lo peor de todo, no creo que ni rezando toda mi vida pague por mis faltas.

Nadieme ha engañado, las cosas han sido puestas sobre la mesa, y con todo y serpiente acepté morder la manzana. El tipo se sienta tranquilamente, da una excusa ligera sobre la tardanza, jamás una explicación, los verdugos no hacen eso. Uno tiene idea de cuánto daño sufrirá cuando se enamora de un tipo como éste, pero no de qué forma habrá que pagar por tenerlo. Así que suspirando como si pasara unaquimera ante mis ojos, me entregué como cordero descarriado al verdugo que cínicamente me suelta el itinerario del día, asegurándose con esto de que nada se le escape de las manos, cortando de tajo cualquier espontaneidad porque la considera grosera e inútil en un romance casual, que según él yo elegí que fuera así al haberme comprometido con otro antes de que él se decidiera.

Después me ordenaotro café y para él un agua natural con dos hielos. Comienza a hablar sobre el rodaje de un documental, sobre Blind Willy McTell, Niega rotundamente la existencia de los vicios, dice que sólo existen placeres, pero que hay que mantener un equilibrio, que los excesos nos denigran, y aquí hace un énfasis en la nicotina. Yo miro mi cigarro consumirse en un cenicero en la otra mesa. Porque a sabiendas...