Acevedo Soledad Y Combate De La Tapera
y
EL COMBA TE DE LA TAPERA
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MINISTERIO DE JNSTRUCCIÓN PÚBLICA Y PREVISIÓN
BIBLIOTECA ARTIGAS
Art. 14 de la Ley de 10 de agosto de 1950
COM!SION EDITORA
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]USTINO ZAVALA MUNIZ
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Ministro de Instrucción Pública
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}UAN E. PIVEL DEVOTO
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DireCtor del Museo HlstÓrJco Naoonal
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:';_DIONISIO TRILLO PAYS
Ditector de la B1bltoteca Nacional
JUAN C
GÓMEZ ALZOLA
Dueccor del Archivo General de la Nac16n
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COLECCIÓN DE CLÁSICOS URUGUAYOS
Vol. 15
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ACBVBDO DIAZ
SOLEDAD y EL COMBATE DE LA TAPERA
Preparación del texto a cargo de
y ANGEL RAMA
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SOFÍA CORCHS QUINTELA
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EDUARDO ACEVEDO DlAZ
SOLEDAD
y
EL COMBATE DE LA TAPERA
Pr6logo deFR.ANCISCO
ESPINOLA
MONTEVIDEO
1954
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PRÓLOGO
· Eduardo Acevedo Díaz naoó en la v!lla de la
Unión, el 20 de Abril de 1851 y muriÓ en Buenos
Aires el 18 de Julio de 1921. Sus ascendientes, por
ambas ramas, pertenecieron al patrioado nacional. Y
remontando su genealogía se halla, entre guerreros
y hombr
éste trazó una línea con su espada sobre la playa de la
Isla del Gallo y señaló el camino del Imperio fabuloso. Corda por sus venas, pues, sangre de seres poco
comunes. cuando no extraordinarios, de los 1mpehdos
a una v1da intensa, proyectada en la acción o en el
pensar, abarcadores de horizontes siempre más amplios que aquel quecircunscnbe en la mayoría el
Imtmtivo egoísmo personal. Escenas desmesuradas y
detenidas en el tiempo por el índice de la Historia,
persona¡es de espectacular sugestión, fragores de luchas
enconadas, pueblos enteros y culturas defendiendo su
destino o arrebatando el a¡eno, conciencias empeñadas en discernir justicia, plumas puestas a fijar la perpetuación del pasado o a alecciOnar a los hombres en
losprimeros intentos de proselitismo político por la
[VII]
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EDUARDO ACEVEDO DIAZ
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persuas10n ( 1 ) todo esto resuena en el existir •
Acevedo Díaz mño para seguirle cual cosa eviterna , '~~
con su rumor, a la manera de la recóndtta voz de}:-o;~t--'!t'
mar en la concavidad del caracol.
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Y ello se prolonga en una naturaleza privile- ;¡
giada, moldea y ennobleceun alma creadora, toca.· ~J:.
con sigilosos dedos exigentes un corazón que rebosa ...
de generosas aspiraciones y que, como veremos en .~
mención ineludiblemente sucmta, no conoció el miedo' , :~
ni la doblez, lo que le permitió soportar el peso
siempre aisladas, detiénense, por fin, confluyen hacia un solo ser, paraformar haz apretado y ofrecer, ~ ,,
de esa manera, un tipo humano fundamental. As!, ,¡~
Eduardo Acevedo Díaz resultó una encrucijada que~-~
se cierra por el surgimiento de su propia presencia, ' -,,
como por rotundo y espléndido monumento.
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De los dos aspectos de su personalidad que gm-< .
viraron mtensamente en nuestra sooabihdad debe11101
relegar uno de ellos, el político, a la espera de
va, establezca la justicia que corresponde. Pero, sei~·~-~,
como sea, esta es la verdad, la voluntad resulta ~ ,_-potente para borrar del espímu, en la evocación de W ':: ·'
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Su abuelo, el general Antonio Díaz, fundó en Moft>' ~ •
tevtdeo el pnmer diario que josttf1cael nombre de tal: "E! ~-¡_ ~
Umversal". Antenormente, había Sido de los redactores de "!A¡- -~
Aurora" t 1823) Fué de los s1ete jefes que env1Ó engnll&dos
el gobterno de Buenos Aues a .Artigas, qUien los devolv16 mantfestando que el no era verdugo Peleó en Ituzamg6 Ha de¡ado sus memonas, aún inéditas. Su tío, el coronel An~ ~~
Díaz, h1jo del general, escrib16 la "H1Stona pohuca y mill1p:-=1'~...
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