ACT
ESC. SC. TEC. MAT. PART. No. 2
INCORPORADO AL ESTADO CLAVE: 02PST0010S
ESPAÑOL I COMPRENSION DE LA LECTURA ACTIVIDAD 17
PESCADORES
Cerca del abandonado puerto de Sisal vivían, hace tiempo, unos cuantos pescadores. No se resignaban a abandonar aquel lugar, acaso porque allí habían nacido y porque allí fueron también sus padres, sus abuelos y no se sabesi hasta sus tatarabuelo. Para todos el ambiente estaba lleno de recuerdo. No faltaban as consejas ni los relatos de cosas sobrenaturales. Unos hablaban de un marino que, en días de tormenta, se aparecía. Otros referían la historia de un dragón que, en noches de luna, sacaba la cabeza entre las espumas del mar. Todos tenían algo que referir en las largas horas de la noche, junto al fogón de lacocina o cerca de tahonaza del patio.
Lo que pescaban apenas si les servia para mal comer; tan escasos eran y alo peces en aquellas regiones solitarias. Esto se debía –según la opinión de los viejos- a que ya no tocaban barcos grandes, los cuales esparcían desperdicios en los sitios donde echaban sus anclas o donde atracaban. Por esto o por lo otro los peces se habían ido a otros sitios. Yacasi no había bicho viviente e aquellas aguas. Solo en altamar era posible era posible la pesca. Más para realizarla era necesario tener canoas de vela y aperos adecuados, difíciles de conseguir en semejante soledad. Como se dice, los pobres pescadores de lugar vivían –o más bien dicho mal vivían- de lo que en fuerza de paciencia lograban sacar del mar.
Entre tales pescadores había dos queeran vecinos y amigos. Vivian en destartaladas chozas de huiano y carrizos, sin más adorno en unas macetas puestas en el alféizar de la ventana. Dichos pescadores eran casados. Uno de ellos, acaso el mayor, se llamaba Julián y tenia por mujer a una tal Josefina. El otro se llamaba Guillermo y su mujer se llamaba Plácida. Como casi siempre sucede se trataba, en ambos casos, de matrimonios desiguales.Julián era de vida sencilla, simple; sabia acomodarse a las circunstancias; y siempre estaba dispuesto a sobrellevar los azares de la suerte. Su mujer, por lo contrario, era arisca; y nunca se avenía con los trastornos de la vida. Con razón o sin razón a toda hora estaba refunfuñando. Quejas y blasfemias habitaban de continuo en su boca. Todo lo encontraba malo; hasta las pocas cosas buenas, queen ocasiones, se le presentaban. Con este carácter había amargado la vida de su marido. En el otro matrimonio las cosas estaban dispuestas de otro modo; Guillermo vivía con el ceño fruncido; pronto siempre a decir improperios o a malquistarse con todo el mundo. Casi no se podía hablar con él, porque sus respuestas era ríspidas y groseras.
En cambio, su mujer vivía callada; sacaba partido de oque había y jamás nadie la vio violenta. Era tan hacendosa que su casa estaba alba y reluciente.
Pues sucedió que, en cierta ocasión, escaseo la pesca mas de normal. En buen aprieto se vieron entonces aquellos pescadores. Después de permanecer horas sentados en os muelles, donde daba el sureste que, según dicen, es viento propicio para la pesca mas de lo normal. En buen aprieto se vieronentonces aquellos pescadores. Después de permanecer horas sentados en los muelles, donde daba el sureste que, según dice, es viento propicio para la pesca, no habían sacado sino unos escuálidos y pequeños robalitos. Pocos días después no hubo ni este consuelo. Sólo Julián por buena suerte logró pescar un merito. Sin desprenderlo del anzuelo lo llevó a su casa. Él sabía que su vecino Guillermo nohabía pescado nada. Llamó a Josefina, su mujer, y le dijo:
-Mira, fríe la mitad de esto, y dale la otra mitad a la mujer de nuestro vecino Guillermo, el pobrecito no pescó nada.
La mujer, como era de esperarse, rezongó así:
-¡Estás loco! ¿Cómo quieres que ofrezca la mitad de este pingajo de carne, si apenas alcanza para nosotros? Además, lo que sobre lo comeremos mañana. Los...
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