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Es decir, quizá lo único fijo, el único valor estable en estos momentos, en nuestra sociedad es justamente, el cambio. Debemos, pues, acostumbrarnos a que el cambio se ha constituido en la máxima categoría social.
Lo que no evita que tengamos que adaptarnos a convivir con él, a evitar los aspectos negativos, de miedo, de resistencia que todo cambiosuscita. “Estamos en un mundo en cambio que genera un estado de confusión y un cierto desfase entre las teorías y la realidad. Profecías, futurologías y prácticas intelectuales del mal vivir surgen ante el vacío creado en la sociedad”, es la conclusión a la que llegaba Castells en esas mismas jornadas.
No es extraño, por tanto, que haya una gran proliferación de estudios sobre el cambio y, también unaserie de textos pensados e ideados como guías o agujas de marear para conducir y encaminar la conducta de los seres humanos hacia la convivencia con el cambio.
Como no podía ser menos, el cambio también ha terminado afectando a la visión misma que del propio cambio tenemos los humanos. Hoy no enfocamos no ya el fenómeno ni siquiera la gestión del cambio, con la misma actitud ni con la mismaaptitud.
“Si no cambias te extingues” (S. Jonhson, 1999, pág. 45), escribió en las paredes del laberinto, Kof, uno de los personajillos del cuento de Spencer Jonhson “Who moved my cheese?” (“Quién se ha llevado mi queso”), esa simpática historia que, a buen seguro, todos ustedes conocerán, que inició su singladura como texto ciclostilado antes que impreso en los ambientes universitarios y de las“business schools” americanas y hoy es un auténtico éxito editorial. En realidad se trata de una divertida parábola en la que dos ratones y dos personitas se enfrentan al irrefrenable deseo de consumir queso, (cada cual tiene su propio queso diferente: su trabajo, su casa, la libertad, la salud o una actividad como correr o jugar a la petanca), que se mueven en un laberinto (cada uno tenemos nuestrolaberinto particular: nuestra organización, la administración pública, el mercado, el sector postal o el club de golf), en una desenfrenada carrera por alcanzar y conseguir un queso que, por propia definición, se mueve constantemente y les obliga a permanecer siempre en estado de permanente alerta a los cambios y movimientos del queso. Se trata de una interesante alegoría sobre el cambio y cómocomportarse ante él, que les recomiendo vivamente por lo didáctico que resulta su lectura en estos tiempos cambiantes.
En el fondo, lo que me ha llamado la atención de ese librito -cuyo mensaje central se sintetiza en la frase antes citada-y por lo que lo traigo a colación hoy, es porque expresa la antítesis de la vieja mentalidad ante el cambio, la del miedo y oposición al cambio, quecaracterizaba el pensamiento tradicional y que podría reflejarse en la loyoliana frase de que “en tiempo de cambios no hagas mudanza”.
En esos dos ejemplos, me permitirán ustedes que modelice los dos arquetipos de respuesta al cambio: una posición antigua, pasiva, de aceptación casi determinista, frente a la moderna posición proactiva, de aceptación como un elemento más de la realidad, de gestión delcambio.
En las últimas décadas del siglo XX se han registrado cambios político-económicos de gran trascendencia. Pero no siempre ha sido así. El “tempo” histórico transcurría más lentamente.: Antes de 1750 la producción se basaba en la sabiduría de los oficios artesanales. Los cambios tecnológicos se iban produciendo, pero su difusión territorial y su extensión a ámbitos distintos de donde sehabían generado eran extraordinariamente lentos.
Un ejemplo ilustrativo lo encontramos en la utilización de las lentes graduadas. El inventor de estas lentes que permitían mejorar la lectura fue Roger Bacon, un monje del siglo XII. Sin embargo, la generalización del uso de este hallazgo, tan importante para muchos seres humanos, data de los siglos XVI y XVII; es decir, más de trescientos años...
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