Acto cuarto

Acto cuarto, al rescate de la voz masculina

Tarde fría de otoño, el viento sopla con intensidad. Los árboles han perdido la totalidad de sus hojas. En el fondo se vislumbra una pequeña taberna. Enella tocan los músicos un melancólico cante jondo. Las luces son tenues. El techo y las paredes débiles.

García Lorca: (Entra a la taberna con un pesado abrigo y guantes, se acerca al centro de lataberna, descuelga su abrigo en una silla con delicadeza) Disculpe señorita, ¿Tiene usted Ginebra para calmar un poco el frío?

Muchacha: Pero claro caballero, es más, no solo para calmar el frío,también para ahogar las penas. Como aquél hombre(girando la cabeza hacía la mesa a su derecha) que no hace más que embriagarse cada tarde desde hace ya dos semanas!

Lorca: Pero, ¿Qué le pudo habersucedido a un hombre de tal porte para estar llorando con tanta amargura?

Muchacha: (Bajando la voz, en tono de complicidad) Las malas lenguas dicen que estaba enamorado de Adela, la hija menor de DoñaBernarda Alba. Pero esta, al enterarse de que contraería matrimonio con su hermana mayor, se suicidó

Lorca: Me rompe el alma ver a un hombre reducido a tan lamentable condición….(Tomando su abrigopara dirigirse a la mesa del hombre)

Lorca: (Sitúa su mano en el hombro del hombre y se dirige a el en tono reconfortador) No pude evitar ver lo acongojado que te encuentras amigo mío, permítemeacompañarte en tu tristeza(acerca una silla hecha de madera no muy fina a la mesa y se sienta en ella al lado de pepe el romano)

Pepe: (En medio de sollozos) Mi vida se ha convertido en una desgracia! Heperdido a la mujer de mi vida! A la mujer que le daba sentido a la vida misma!

García Lorca: (Fijando su mirada en Pepe el romano con incredulidad) Formas de caer en desgracia hay muchas, y más si demujeres de trata!

Pepe: La mía sin duda es la más devastadora de aquellas posibles formas!

García Lorca: (En tono alegre) Si es cierto lo que dices, sería un placer escuchar tu historia!

Pepe:...