ACTOR Y DIRECTOR TEATRAL

Leyendas, cuentos y recuerdos del barrio de Zapotlan de Allende.

Índice

La viejita de las hortalizas 2

El nahual 3

Inesita 7

El escorpión del tlachiquero 16

El nahual y la malora del cerro del tezontle 19

El zoológico 24

La guajolota 28

Los caballos de allende 31

El barrio de Zapotlan de Allende32



La viejita de las hortalizas
Una viejecita vivía por las hortalizas, que en aquel entonces estaban atrás de los solares de las casas de la calle de Allende, llegaban hasta la actual calzada Hidalgo, en donde estás abundaban, tenían agua de riego que llegaba por canal desde el Paraíso.
Esta viejita toda encorvada, mediría 1.40 m de estatura, las piernas curvas, apoyando siempre unamano en la cintura, la otra extendida, tocando su frente, en un tic de acomodarse el pelo o secarse el sudor , en los dedos, unos anillos plateados de piedras azules, además, la coquetería de unos aretes, toda su piel manchada por la edad, la señora era güera y sus ojos bastante claros, que se le veían aún mas, ya que tenía un circulo blanco alrededor de cada uno, producto de la edad, contaba sushistorias en 1960 a un grupo de 6 a 10 niños que encaramados en un árbol, todas las tardes escuchaban lo que la ancianita tenía que contar, la viejita de vestimenta campirana, con mandil y unas trencitas peinadas en su ralo y blanco pelo, que terminaban en un chonguito sostenido por un par de peinetas, se entretenía con los niños, que trepados, le correspondían escuchando sus historias, con risasy preguntas; ella disfrutaba con un placer inmenso manifestado por ese brillo especial en su mirada, tapando ocasionalmente su amplia sonrisa con el rebozo que siempre llevaba terciado, sonrisa que nunca le falto. Qué bonito es contar cosas y más poder escucharlas.
Su nombre se perdió en el tiempo, pero diremos que se llamaba Doña Pelanchita, la viejita de las hortalizas.


El nahual
Erauna de tantas noches frías de Tulancingo, Ernesto salió tarde de trabajar, el era obrero de la fábrica de hilados Santa Isabel, vivía hasta el barrio de Zapotlan, prácticamente todas las noches debía atravesar la ciudad para llegar a su casa y en aquellos tiempos, en esta ciudad se acostumbraba que ya a las ocho de la noche no había gente en la calle, todas eran muy oscuras, solo había alumbrado enel centro.
Su pobre madre, una viejecita muy devota, siempre se preocupaba por la seguridad de su hijo y desde el rosario oraba por él, pidiendo a dios y a la virgen por su cuidado, además, todos los días le recomendaba a su hijo, que llegara temprano, pues hacia ya un tiempo, que en el barrio se corría el rumor que se aparecía el náhuatl.
Así las cosas, esa noche, en donde el frio calabaprofundo hasta los huesos, Ernesto ya de regreso a su casa, venía caminando de prisa por rumbo al panteón, apretaba las manos entre las bolsas de su chamarra para sentir menos frio y apretaba fuertemente el paso para llegar a casa.
De pronto, escucho escandalosos ruidos de un animal que venía al galope perseguido por los perros de la calle, que con tanto ladrido, formaban una algarabíaensordecedora, en aquel entonces, no era raro que algunas recuas, o animales, espantados, galoparan en esa calle correteados por los perros, pero en el día, no a esas horas de la noche.
Ernesto sorprendido, sintió que se le erizaban los pelos y un sudor helado le escurrió por la espalda, alcanzando a decir dentro de sí mismo, ayúdame diosito, que no me salga el nahual.
Atinó rápidamente a subirse a unaventana, en donde la reja llegaba hasta el quicio superior de la puerta, cabe aclarar que ese barrio es el más antiguo, siendo aquí donde se estableció inicialmente la ciudad, además, aquí se construyo la primera capilla de América, también, era un barrio indígena bastante poblado, hasta la definición de la manzana fundacional del pueblo, por haberse elegido Tulancingo como el principal...