Actos Inexplicables

Darío Xavier Aragón



ACTOS INEXPICABLES DE UN MUNDO ILOGICO….









A
















PREFACIO

Las mínimas piezas de este libro no requieren de una mayor clarificación. A pesar de encontrar en la sexta (idilio de un desesperado) un enfoque amoroso; los lectores pueden asistir a miles de argumentos situados en la mayoría de relatos y a todos lospreámbulos de un amor, cuya intensión no ignoran pero tampoco comprenderán, me imagino, hasta el último párrafo. Las otras son alucinantes; tal como , “Un inaudito violinista” no se presenta del todo en forma simbólica pero expresa ciertas formas en las cuales expresamos nuestro animo a los demás, aunque, para ser sincero , he quedado tan perplejo con este episodio q he visto mi reflejo y quizásmuchos lectores se enfoquen con el mismo. No soy el primer autor que expresa en sus escritos curiosas notas imaginativas, aunque no tan divertidas, pero tampoco arbitrarias, que delatan su contenido en lapsos como “Tomas y Dante” o simplificados mensajes en
“El hombre q nunca flaqueara”, expresado este último de una manera irreal .A pesar de toda la imaginación y la realidad, desvarió laborioso ydebilitador el de enfocar en un sin número de páginas una idea, la cual con una simple exposición oral se es comprendida fácilmente. Ciertamente como un mejor procedimiento la simulación de un relato oral, encontrado en “La mujer del cabello carmesí” o en “Secretos y Embrollos” , un tanto tendido a explayar deseos y angustias al cual acceden dos personas, cuyo argumento general esintrascendente.


Darío Xavier Aragón
Quito, 02 de septiembre de 2010



“Un Inaudito Violinista”
I
Debo a la conciliación de un viejo aparador y un espejo el descubrimiento de Cesar. El espejo inquietaba el extremo de un graderío un poco desmejorado por el cual transitaban diariamente seis personas en un contorno expuesto al bullicio citadino, que guardaban sueños e ilusiones que no podíandemostrarse con los ojos abiertos. La mayoría de ellos, cuatro para ser exactos, por las tardes de cierta forma expresaban ideas y comentarios en una apartada taberna donde no se encontraba nada más que malos augurios y mentiras. Conocí, por esos lares a un hombre, no mayor de 65 años, de tez blanca y cabello enmarañado, que jugaba con sus manos entrelazadas y un trocito de cuerda, además tarareabasimultáneamente una tonada relajante y despectiva a mi conocimiento .Al acercarme a él note cierto grado de una alucinante riqueza intelectual, (quizás sus lucidos ojos lo hacían parecer así), me miro y agacho nuevamente su rostro como si ocultara su deseo de amistad, aun así continúe mi camino hacia mi covacha. Al llegar ahí cansado de un arduo día, como es normal en todo ser humano, revise ciertas cosasque guardaba en mi viejo aparador, que para ser exacto no eran más que tres sencillos platos con su respectiva taza y un florero trisado el cual era asentado en un folleto dominical que era repartido en la plaza cerca de aquella taberna, no le di importancia en aquel momento, pero lo coloque en mi bolsillo posterior para ojearlo después. Asenté de frente mi cabeza por un corto periodo ynuevamente me incorpore, seguidamente me retire a descansar. Al despertar el día siguiente, Domingo por la mañana, tome un baño y salí destinado a realizar ciertas compras, entre ellas, flores, platos, utensilios, y tazas puesto que mi aparador no era más que hogar de polvo y telarañas. Continúe mi camino y revise el folleto que se dejaba de ostentarse hace ya mucho tiempo, en el cual note ciertas letrasen negrilla las cuales informaban de varios artistas que fracasaron al no tener continuidad en su momento, al no parecerme agradable lo arroje y me olvide de lo leído. Al paso de ciertas horas regrese a embellecer cierto aparador que me disgustaba mucho, trabaje en él y coloque todo lo que había comprado. Con una satisfacción personal a pesar del mínimo labor realizado, tome una sopa de avena,...