Adaptación: Los Amiguitos Del Pequeño Nicolás

EL PEQUEÑO NICOLÁS
Los amiguitos del pequeño Nicolás

René Goscinny
Traducción de Esther Benítez
Ilustraciones de Sempé
Adaptación:
Mónica Guirado
Ana Laura Cruz
Silvia Esper








¡Clemente tiene gafas!


Cuando Clemente llegó a la escuela, esta mañana, nos quedamos muy asombrados, porque tenía lentes en la cara. Clemente es un buen compañero, que es el último enla clase, y parece que le han puesto lentes por eso.
—El médico —nos explicó Clemente— les dijo a mis padres que si yo era el último quizá fuera porque no veía bien en clase. Entonces me llevaron a la tienda de lentes y el señor de los lentes me miró los ojos con una máquina que no hace daño, me hizo leer montones de letras que no querían decir nada y después me dio unos lentes, y ahora, ¡bang!,ya no seré el último.
A mí me extrañó un poco eso de los lentes, porque si Clemente no ve en clase es porque se duerme a menudo, pero quizá los lentes no le dejen dormir. Y, además, es cierto que el primero de la clase es Alan, y es el único que lleva lentes, y por eso mismo no se le puede pegar tan a menudo como uno quisiera.
Alan no quedó muy contento al ver que Clemente tenía lentes.Alan, que es el ojito derecho de la maestra, siempre tiene miedo de que un compañero sea primero en su lugar, y nosotros nos pusimos muy contentos al pensar que ahora el primero seria Clemente, que es un compañero fenómeno.
—¿Has visto mis lentes? —le preguntó Clemente a Alan—. Ahora voy a ser el primero y la maestra me mandará a buscar los mapas y a borrar el pizarrón. ¡Tururú!
—¡No, señor! ¡No,señor! —dijo Alan—¡El primero soy yo! Y, además, no tienes derecho a venir a la escuela con lentes.
—¡Claro que tengo derecho, mira! ¡No me digas! —dijo Clemente—. ¡Y tú ya no serás el único ojito derecho de la clase! ¡Tururú!
—Y yo —dijo Rufo— voy a pedirle a mi papá que me compre lentes, ¡y también seré el primero!
—¡Todos vamos a pedir que nos compren lentes! —gritó Alfredo—. ¡Todos seremosprimeros y ojitos derechos!- Entonces fue terrible, porque Alan se puso a gritar y a llorar; dijo que eso era trampa, que no teníamos derecho a ser los primeros, que se quejaría, que nadie lo quería, que era muy desgraciado, que iba a matarse, y el Caldo llegó corriendo. El Caldo es nuestro vigilante, y un día les contaré por qué le llaman así.
—¿Qué pasa aquí? —gritó el Caldo—.Alan! ¿Qué tiene,que llora así?¡contéstenme!
—¡Todos quieren ponerse lentes! —le dijo Alan, haciendo montones de hipos.
El Caldo miró a Alan, nos miró a nosotros, se frotó la boca con la mano y nos dijo:
—¡Miren ! No voy a tratar de entender sus historias; todo lo que puedo decirles es que no quiero volverlos a oír. ¡Alan, vaya a beber un vaso de agua sin respirar!-
Y se marchó con Alan, que continuaba haciendohipos.
—Oye —le pregunté a Clemente—, ¿nos prestarás tus lentes cuando nos pregunten?
—¡Si! ¡Y para los ejercicios! —dijo Marcelo.
—Para los ejercicios las necesitaré yo — dijo Clemente—, porque si no soy el primero, papá sabrá que no llevaba puestas los lentes, y eso me creará problemas, porque no le gusta que preste mis cosas; pero para cuando nos pregunten, ya nos arreglaremos.Realmente, Clemente es un compañero estupendo, y le pedí que me prestara sus lentes
para probar, y la verdad es que no sé cómo se las va a arreglar para ser primero, porque con sus gafas se ve todo del revés, y cuando se miran los pies, parece que están muy cerca de la cara. Y después le pasé los lentes a Alfredo, que se las prestó a Rufo, que se las puso a Joaquín, que se las dio a Marcelo, que se lastiró a Eduardo, que nos hizo reír mucho fingiendo que bizqueaba, y después quiso tomarlas Alberto, pero entonces hubo montones de problemas.
—Tú no —dijo Clemente—. Tienes las manos llenas de grasa por culpa de tus tostadas y me vas a manchar los lentes, y no vale la pena tener lentes si no se puede mirar por ellas, y limpiarlas da mucho trabajo; ¡y papá me castigará sin televisión si soy otra...