Addicted 2014

ADDICTED (2014)


Lee atentamente el texto de Marín sobre la manipulación del deseo y contesta a las preguntas basándote en la trama de la película:

“En general el dominio de sí permite el que ser capaces de ser dueños de nosotros mismos y de todo lo demás por añadidura. La libertad consiste primeramente en dicha posesión por la que además evito ser de otro, que es como Aristóteles definió laesclavitud. Pero ese dominio o señorío sobre uno mismo es el que nuestro sistema económico necesita debilitar e incluso anular si fuera posible, porque la conversión de los deseos en necesidades y de estas en consumo es la dinámica estructural que lo sostiene. No se trata, pues, de que seamos pobres pese a nuestra evidente riqueza, sino que esa determinada forma de riqueza nos hace pobres. De ahíla forma de lo que se podría definir como la nueva pobreza en las sociedades de la opulencia: la hipertrofia de los medios en el seno de una creciente escasez de fines o, mejor, la reducción de los fin a satisfacción. Como ya se ha dicho, es cierto que nunca antes ningún ser humano tuvo a su disposición semejante despliegue de medios; pero no es menos cierto que esa misma abundancia de los mediosconspira para ocultar cualquier clase de fines, y transformar así la vida en u continuo deambular entre medios que satisfacen deseos que no solo se han hecho surgir de forma deliberada, sin que sin ser necesidades se han convertido en tales.

La transformación de los deseos en necesidades no solo explica la dinámica interna del capricho, en su grado más leve, y de las adicciones en su grado másextremo, sino que esa incapacidad psíquica para diferenciar deseos y necesidades también es característica de la primera infancia. En primer lugar porque a esa edad apenas se tienen más deseos que los necesarios, como en los bebés, y a partir de ahí, porque la tendencia espontánea es mantener esa identificación cuando los deseos se multiplican. La diferenciación entre deseos y necesidades acontecemediante la experiencia de la privación y la consiguiente capacitación para tolerar la frustración de deseos, por la que el niño gana la certeza de que tales deseos, por intensamente que se sintieran, no eran exactamente hablando necesidades. Sin embargo, si es verdad que nuestro sistema económico necesita debilitar de modo sistemático y deliberado tanto esa certeza como la capacidad para tolerarla frustración de los deseos, entonces resulta que en el modelo antropológico del sistema consumista hay latente `infantilismo' moral y psicológico, consistente en convertir los deseos inducidos por el sistema en impulsos tan Imperativos como sea necesario para mover al consumo.

El capricho como paradigma antropológico del deseo humano, encubre una nostalgia cultural del seno materno y de laperfecta coincidencia entre necesidades y satisfacciones en completa ausencia de frustraciones, que es la forma esencial del paradigma para la realización humana y la felicidad en nuestra cultura. Ese infantilismo antropológico es solidario y está en la base de la hegemonía social y cultural de la dimensión lúdica de la existencia. Nuestras sociedades definen la felicidad como entretenimiento, es enla forma del bienestar como ausencia de frustración y estado de perpetuo tránsito entre caprichos o, lo que es lo mismo, libre deseos que se satisfacen y resurgen multiplicados y convertidos en necesidades. Ahora bien, la conversión de los deseos en necesidades es posible solo una vez que las necesidades vitales, aquellas cuya insatisfacción pone en riesgo de muerte, han quedado sepultadas y encierto sentido olvidadas bajo la abundancia general y, sobre todo, bajo la pérdida del miedo a una posible escasez. En las sociedades desarrolladas son ya varías las generaciones de hombres que no han 'padecido necesidad', es decir, la inexperiencia del miedo a la muerte en y mediante el hambre, la sed, el frío o la mayoría de las enfermedades, debilita la experiencia de nuestra vulnerabilidad que...