Adela cortina

Convicción
El capítulo IV hace referencia al concepto Ética cívica con el cual me gustaría señalar.
La transición española de los años 70 no supuso sólo una transición política sino que también lo fue ética. Partimos de la base que vivíamos con un monismo moral oficial y se nos planteo el reto de aprender a vivir como una sociedad moralmente pluralista.
La sociedad moralmente pluralista teníacomo fin al igual que las demás que el ser humano tiende siempre o casi siempre a la felicidad, pero esta vez a través de de unas exigencias de justicia aplicables a cualquier sociedad, donde se da prioridad a lo justo sobre lo bueno, esta última afirmación “Adela Cortina” la denomina Éticas Deontológicas.
Con ella fuera cual fuere el ideal de plenitud al que perteneciera el individuo o gruposde individuos de una sociedad, el modelo u otro de vida mientras las exigencias de justicia fueran compartidas por todos se podría alcanzar la plenitud soñada.
Y estas Éticas deontológicas forman la base filosófica de la Ética Cívica de las sociedades pluralistas. Pero entenderemos mejor la Ética cívica como aquella en la que se articulan las distintas éticas de máximos desde una ética de mínimosde justicia, es decir, la fórmula ideal consistirá en compartir unos mínimos de justicia por debajo de los cuales es imposible incurrir en inhumanidad (ética deontológica) y en respetar activamente los máximos de felicidad y de sentido de la vida que no se comparten (de ahí sociedad pluralista, distintos caminos de alcanzar la felicidad algunos de ellos religiosos).
Hablamos de una sociedadplural donde contamos con una ciudadanía compleja, entendiendo como ciudadanía a todos los ciudadanos que sobre una base de igualdad les fuera permitida llevar adelante sus planes de vida, siempre que no impidan a los demás hacer lo propio. A partir de esto, pertenecerán a una ciudadanía compleja los ciudadanos entendidos como personas más atributos, es decir, cuya identidad es ligada a la religión,cultura, sexo…Donde el Estado no debe apostar por una identidad en concreto y sí integrarlas con las diferencias que las componen. La forma simple de ciudadanía implica borrar las diferencias de la vida pública para que sean tratados como iguales. Obviamente la primera forma es más adecuada para entender una sociedad moralmente pluralista que requiere por tanto un Estado Laico, que no secomprometa con una religión en particular (Estado confesional) ni una versión contraria (Estado laicista). Un Estado realmente laico que no apueste por una religión determinada hará que todos nos sintamos como ciudadanos de primera (sería el Estado más coherente con una sociedad moralmente pluralista).Por tanto y resumiendo el Estado laico y la sociedad pluralista asumen como irrenunciable la cuidadosaconstrucción de una ciudadanía compleja.
La ética cívica es una ética pública, una ética de los ciudadanos donde el estado debe encarnarla y respetarla, esto no significa que sea una ética estatal sino una ética propia de los ciudadanos. Por otro lado, no podemos contemplar unas éticas de máximos privadas, porque toda moral es pública, toda moral tiene vocación de publicidad, vocación de presentarseen público. No debemos pues confundir pues una ética pública cívica común de mínimos y máximos con morales privadas y éticas político-estatales.

Cuestión
En el capítulo VII y VIII hablamos de una democracia deliberativa en la que la ciudadanía, dotada de una ética cívica participaba en ésta activamente no sólo como fuente de origen de necesidades a regular sino también como formación dedecisiones moralmente justificadas.
Empezaré definiendo los puntos más significativos de la democracia deliberativa para a continuación expresar mi disconformidad con algunos de los puntos.
Según “Habermas” en una democracia deliberativa “sólo pueden pretender validez legítima las normas jurídicas que puedan encontrar el asentimiento de todos los miembros de la comunidad jurídica en un proceso...