Adicta a Scott
Portada
Dedicatoria
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Agradecimientos
Sobre la autora
Créditos
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A mis abuelos Dolores y Manolo, dos almas gemelas
que ni siquiera la muerte ha conseguido separar.
Os quiero muchísimo y nunca os voy aolvidar.
Capítulo 1
—Andrea, Scott está mirándote —susurró Taylor, su mejor amiga,
mientras se llevaba disimuladamente el vaso de cerveza a los labios,
sonriendo con picardía.
Andrea, apoyada en la barra de color caoba oscura, dio un pequeño
salto en el taburete del bar. Mordiéndose el labio inferior con fuerza, miró
los azules y claros ojos de su mejor amiga.
—¿Todavía?
—Ajá —susurró—. Todavía. Y creoque lo seguirá haciendo durante
los próximos minutos. —Le guiñó un ojo.
Aguantando la respiración, Andrea se echó para atrás un mechón de su
cabello castaño claro liso. ¿Qué diablos haría allí Scott? La había
abandonado hacía ocho años, cuando ella tenía diecisiete y era una estúpida
adolescente enamorada por completo de un futuro marine que, tras haber
pasado satisfactoriamente las pruebas de laMarina, había entrado en ella
sin decirle nada, dejándola sola al día siguiente cuando se despertó en su
cama. Pero, a pesar de ello y de los años transcurridos, no había dejado de
pensar en él.
¿Seguiría igual de atractivo y masculino? ¿Conservaría aquellos ojos
negros increíblemente exóticos que la excitaban con sólo clavarse en ella?
¿Seguiría teniendo aquellos grandes e inmensos hombros enlos cuales ella
había hundido sus uñas mientras la llevaba hacia un explosivo y
desgarrador orgasmo?
Humedeciéndose los labios, se llevó a ellos la lata de Coca-Cola.
—No me jodas.
—No te preocupes, cielo —se rio Taylor—. Me van los hombres,
como a ti, ¿recuerdas? A quien no me importaría joder sería a Scott. Dios
bendito, está muchísimo mejor que hace ocho años.
Andrea se planteó concienzudamentesi girarse o no. Lo que menos
quería era volver a caer en sus manos…
Ay, cielo santo, y qué manos.
Las recordaba grandes, masculinas y expertas sobre su ansioso e
inexperto cuerpo adolescente. Llegó a Estados Unidos desde Sevilla con
tan sólo catorce años y a los dieciséis comenzó a salir con Scott, quien era
tres años mayor. Andrea siempre había aparentado más edad de la que
realmente teníadurante la adolescencia y todo ello gracias a los genes de
su abuela. Sus pechos eran voluptuosos; no enormes ni exagerados, pero sí
llenaban totalmente unas manos masculinas. Sus curvas habían tardado
poco tiempo en aparecer y, además, siempre se había considerado una
chica madura.
Siempre excepto cuando estaba cerca de Scott.
En el instituto se había conocido a Scott como el calienta-coños.
Andreahabía sido consciente de todos los chismes que habían circulado
por el centro. Todas las chicas intentaban rifarse a Scott, asegurando que
era el mejor polvo que nunca antes habían echado y que, al menos, había
que disfrutar de él una vez en la vida.
Cuando Andrea perdió su virginidad con Scott, tras un año de
relación, podría haberse hecho adicta al sexo con él.
Adicta a él.
Cierto que habíasentido dolor la primera vez , pero tras él vino el
placer. El verdadero placer. Había visto con sus propios ojos el gran
tamaño y anchura de su pene. Al principio se había asustado,
preguntándose si aquello realmente podría entrar en ella. Pero luego…
Se despertó sola, en su habitación y con una nota donde le decía que, a
primera hora de la mañana, le habían aceptado en los marines, tras superar
las...
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