Adiestramiento canino
El adiestramiento C-E ha sido una de las primeras propuestas de adiestramiento en diferenciar entre la manera de funcionar de los refuerzos sociales e individuales, centrando buena parte de nuestros protocolos en conseguir que el perro disfrute del entrenamiento como una actividad conjunta con su guía y evitando que lo vea como un contexto de interés puramente egoísta en elque sólo le preocupen los refuerzos individuales.
He escrito un montón de artículos explicando los beneficios que tiene esto, frente al perjuicio social y relacional que causa la visión conductista de “si refuerza da lo mismo, cuanto más primario mejor reforzador”, que creo que ha causado bastantes males.
Incluso he diseñado un modelo tetradimensional (los espacios de aprendizaje) en el que sevaloran las dimensiones social, cognitiva, emocional y física del perro para que siempre sepamos dónde estamos durante el adiestramiento y cómo afecta al perro nuestra línea de trabajo, permitiéndonos a través de evaluadores fiables ir adaptándolo a lo que consideramos eficaz y saludable.
Creo que he contribuido, en la medida de mis posibilidades, a que en nuestro país se vea el afecto como unelemento de calidad de vida necesario para el perro y para su entrenamiento que se puede evaluar, construir y optimizar desde criterios técnicos y no únicamente una declaración inespecífica de buenismo como sucede en muchos otros lugares.
Y precisamente por todo lo anterior me siento parcialmente responsable de una situación que empieza a ser preocupante.
Creo que es de Wilde la popular frase“cuando los dioses quieren castigarnos atienden nuestras plegarias” (no estoy seguro de la autoría pero sigo el consejo de mi hermana, que dice que una cita brillante estadísticamente será de Wilde, que básicamente era un señor que escribía frases citables, ahora con la moda de los microrrelatos sería lo más de lo más), desde luego yo he deseado mucho que se viera la importancia de diferenciar ytrabajar de manera diferente los motores individuales y sociales de aprendizaje y generación de conducta, dándole la mayor relevancia a la parte afectiva de la relación. He trabajado todo lo que he podido en esta línea, tanto en el entrenamiento de perros, como en el de otros animales.
Pues ahora que parece que esta visión está calando me encuentro con que se está usando como otro martillo de herejespara machacar a quienes no utilizan/consiguen la activación social deseada de su perro durante el entrenamiento.
Yo reconozco que mi principal problema en el mundo del perro es que no las veo venir, estas cosas siempre me pillan por sorpresa.
Precisamente comento de manera recurrente con mis amigos que practican adiestramiento en positivo que encuentro un problema, el principal en mi opinión, enlos tribunales de la ortodoxia que han surgido en torno a esta visión del entrenamiento, que aunque no comparto plenamente sí creo que ha sido necesaria y ha hecho mucho para reducir la trastienda de maltrato que existe en el entrenamiento de animales.
A veces lo importante no es tener razón, sino lo que haces con ella cuando la tienes. Algunos parecen desearla como guadaña de discrepantes o comoel pedestal perfecto desde el que apedrear a los equivocados y a los confusos.
… Y ya me he encontrado con varios entrenadores novatos de los que me consta que su preocupación principal es el respeto y bienestar del perro -muchos de ellos adiestradores en positivo- a los que se les ha puesto en evidencia, acusándoles de no tener una relación saludable con su perro porque al trabajar éste secentraba en atender los refuerzos individuales, como la comida o el juguete, sin ser capaz de mostrar una interacción afectiva fuerte con su guía. Estos entrenadores se mostraban abrumados ante la posibilidad de que el vínculo con su perro resultara insalubre y que esto además fuera debido a su trabajo (trabajos, insisto, que usan refuerzos de valencia emocional positiva).
No os podéis imaginar...
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