adionasid
Páginas: 378 (94340 palabras)
Publicado: 19 de marzo de 2014
1º de la serie Demon’s Lexicon
Nick y Alan Ryves se han pasado la vida huyendo de los Magos que les
persiguen por un amuleto que su madre robó. Una noche, Mae y su hermano
acuden a ellos en busca de ayuda. El chico tiene una marca demoníaca, un signo de
muerte que sólo puede ser eliminado con la sangre de un mago...
Cuando Alan también es marcado por un demonio, Nick quieresalvarle, aun
a costa de perseguir a los magos de los que han estado huyendo toda la vida.
Mientras el Círculo de los Magos les pisa los talones, Nick desvela un secreto que
podría destruirles a todos...
2
A mamá y a papá. Siempre he creído que criar a un hijo debe de
ser una de las cosas más aterradoras del mundo. Nunca se sabe si van
a vivir a base de kétchup, a huir a América o aponerte a parir en la
televisión. Bueno, si trato de hacer esto último, podéis mostrar lo que
sigue al mundo: soy feliz, estoy sana y os quiero. ¡He escrito un libro!
No lo hicisteis tan mal.
(Y el kétchup estaba delicioso).
3
CAPÍTULO 1
CUERVOS EN LA COCINA
La tubería de debajo del fregadero volvía a gotear. No habría sido para tanto si
Nick no guardase su espada favorita bajoese fregadero.
La cogió, secó la hoja de acero y usó el dedo pulgar para comprobar el filo con
aire distraído mientras el suelo de la cocina se llenaba de agua. Cuando terminó de
inspeccionarla, se dio cuenta de que tenía los vaqueros empapados a la altura de las
rodillas.
Alan le trajo a Nick su caja de herramientas.
—¿Te importaría echarme una mano? —inquirió Nick sin albergar muchasesperanzas.
—No, estoy ocupado cocinando —dijo Alan—. Tú eres el que se encarga de hacer
el trabajo pesado. Yo soy más bien del tipo sensible e intelectual.
Nick levantó las cejas.
—Vaya, pues métete en la cocina y hazme un pastel, mujer.
Volvió a echar un vistazo al armario. Las tuberías emitían un gorgoteo nada
alentador, y en el fondo de dicho armario se había formado la catarata más diminutadel mundo.
—Yo también puedo ser del tipo sensible e intelectual —dijo al cabo de un buen
rato—. Si la otra opción es ahogarme debajo de nuestro fregadero.
—Evita que la cocina se convierta en una tumba inundada o hazte la cena. Solo
depende de ti.
Aquel argumento resultaba de lo más convincente. Nick era perfectamente capaz
de hacerse la cena, pero la verdad es que Alan era un excelentecocinero. Improvisaba
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cada uno de sus platos, y el chisporroteo de la sartén y el delicioso olor de verduras a la
brasa tomaron la decisión por él.
Nick le echó una mirada furibunda, cosa que funcionaba con todo el mundo
menos con su hermano. Entonces sacó el cuchillo de la funda que llevaba en la muñeca,
lo colocó cuidadosamente al lado de la espada, se remangó y se puso manos ala obra.
A excepción del fregadero, la casa estaba en muy buenas condiciones. Era
pequeña, del color del cartón cuando se ha mojado bajo la lluvia y exactamente igual al
resto de las casas de las perfectas hileras de aquella urbanización. Aun así, cada una de
ellas estaba separada de las de sus vecinos por una distancia aceptable. Así nadie se
quejaba de que se oyeran extraños ruidos en lanoche. Aquello valía por todos los
escapes de agua del mundo.
En general, a Nick le gustaba Exeter. Había una estatua en la calle principal que
le recordaba a un cuchillo, y estaba aprendiendo a memorizar el callejero de la ciudad
partiendo de aquel punto. No era usual que se quedaran en un sitio el tiempo
suficiente para tener puntos de referencia que les fueran familiares, pero ya llevabanallí dos meses sin ninguna señal de peligro. Los dos tenían trabajo, él se las apañaba en
el instituto y Alan incluso había tenido tiempo de colgarse de una chica.
Lo lamentaría cuando llegara la hora de marcharse de allí.
La tubería dejó escapar un largo gemido metálico, como un robot muy viejo que
estuviera a punto de hacerse pedazos, y Nick hizo rechinar los dientes mientras giraba
la...
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