Administracion Ambiental

Dimensiones micro y macro del problema ambiental
Miguel Grinberg *
En una afirmación provocadora, aquí se sostiene que el planeta Tierra no corre peligro
de extinción. En cambio, cada día es más improbable una existencia terrenal saludable
por la desnaturalización del aire, el agua y la tierra fértil.
A mediados del siglo XX, algunos biólogos especializados en ecología
1 comenzaron aemitir señales de alarma en referencia a los impactos del industrialismo en el ambiente natural. Antaño, las chimeneas humeantes de la Revolución Industrial, iniciada en Gran Bretaña a fines del siglo XVIII, eran motivo de orgullo imperial. Hasta que la saturación de efluentes tóxicos, las emanaciones de gases nocivos y la dispersión de agentes químicos o alergenos comenzaron a saturar lasestadísticas sanitarias.
La bióloga marina estadounidense Rachel Carson (1907-1964) fue la primera figura científica que denunció en 1962 el potencial fatídico de los plaguicidas sistémicos. Dijo entre otras cosas: “Cuanto más claramente enfoquemos nuestra atención en las maravillas y realidades del universo que nos rodea, menos nos apetecerá la destrucción” (Carson, 1980). Su obra es consideradacomo el punto de partida del movimiento ecologista contemporáneo. Previamente, solo los naturalistas se empecinaban en reclamar por la contaminación ambiental y la depredación desmedida de la vida silvestre animal y vegetal.
Luego, en 1972, tuvo lugar en Estocolmo la primera cumbre de Naciones Unidas en la materia, llamada Conferencia sobre el Ambiente Humano, antecesora del célebre cónclave ECO92 realizado en Río de Janeiro para evaluar la destructividad ambiental del desarrollo económico-tecnocrático. De ella surgieron dos tratados internacionales fundamentales que ya no son hoy territorio apenas limitado a los especialistas sino asuntos de dominio público: uno sobre Cambio Climático (problema también conocido como “calentamiento global”), otro sobre Diversidad Biológica (que encara laextinción de innumerables especies, la descomposición de mares y océanos, y la desaparición de los bosques y las selvas).
Pese a los tonos apocalípticos que actualmente acompañan el tema, lo que suele llamarse “crisis ambiental” es más bien una crisis cultural de los seres humanos. El planeta Tierra no corre peligro de extinción. En cambio, lo que se vuelve cada día más improbable es laexistencia terrenal saludable de nuestra especie por la acelerada desnaturalización del aire, el agua y la tierra fértil. En especial, por la convicción popular de que el medio ambiente es un lugar que está allá afuera y que podemos tratarlo como una fuente ilimitada de recursos y como un receptáculo sin fondo para nuestros desechos. Anales de la educación común / Tercer siglo / año 3 / número 8 /Educación y ambiente / octubre de 2007
Publicación de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires,
Dirección Provincial de Planeamiento
Versión digital del artículo publicado en pp. 47 a 51 de la edición en papel.
2El habitante típico de las metrópolis espera que funcionen normalmente sus aparatos eléctricos; que su cocina y su calefón reciban gas sin cesar;que el agua potable salga de sus canillas; que haya siempre alimentos frescos en el supermercado, y que no falte combustible en la estación de servicio de su barrio. No le interesa cuál es el impacto ecológico de la obtención distante de tales insumos fundamentales. Asimismo, desea que sus aguas cloacales se vayan lejos y que alguien se haga cargo de sus desperdicios domésticos.
No se sienteresponsable por los gases de carbono y azufre emitidos por el caño de escape de su auto, por el calor que emiten sus máquinas y por el ruido que aporta al contexto general.
En la microescala del quehacer diario del ciudadano normal, de pronto un día vuelve su hijo de la escuela con un volante distribuido en la puerta del establecimiento por una organización ecologista donde se detallan los...