Administrador De Empresas

GERMAN ESPINOSA
(1938)
GERMÁN ESPINOSA NACIÓ EN CARTAGENA DE INDIAS EN 1938. ESCRITOR PRECOZ, PUBLICÓ A LOS QUINCE AÑOS SU PRIMER LIBRO, LETANÍAS DEL CREPÚSCULO. HA EJERCIDO EL PERIODISMO Y LA DIPLOMACIA Y HA RESIDIDO EN SUDAMÉRICA, AFRICA Y EUROPA. HA SIDO TAMBIÉN TRADUCTOR Y CATEDRÁTICO DE LITERATURA. DE SU AMPLIA E IMPORTANTE OBRA CABE SEÑALAR LOS SIGUIENTES TÍTULOS: LA NOCHE DE LA TRAPA(1965); EL BASÍLEUS (1966); LOS CORTEJOS DEL DIABLO (1970); ANATOMÍA DE UN TRAIDOR (1973); CLARIDAD SUBTERRÁNEA (1974); EL MAGNICIDIO (1979); TRES SIGLOS Y MEDIO DE POESÍA COLOMBIANA (1980); LA TEJEDORA DE CORONAS (1982) —PROBABLEMENTE SU OBRA MÁS AMBICIOSA Y UNIVERSAL—, EL SIGNO DEL PEZ (1987); NOTICIAS DE UN CONVENTO FRENTE AL MAR (1988); GUILLERMO VALENCIA (1989); LUIS CARLOS LÓPEZ (1989);LA LIEBRE EN LA LUNA (1990); SINFONÍA DESDE EL NUEVO MUNDO (1990); LIBRO DE CONJUROS (1991); LA TRAGEDIA DE BELINDA ELSNER (1991); LA AVENTURA DEL LENGUAJE (1992) Y LOS OJOS DEL BASILISCO (1992). OBRAS SUYAS HAN SIDO TRADUCIDAS AL ALEMÁN, ITALIANO, FRANCÉS, INGLÉS, CHINO Y COREANO.
Al Ocaso de los Frescos Racimos*
... PORQUE TODO EN ÉL ERA BENDITO
como el mármol de la piedad...
EfraínHuerta
Varios meses habían transcurrido desde el desembarco en Puerto Barrios, cuando Tatay —era un simple sobrenombre cariñoso— comprendió que estaba siendo objeto de una extorsión tenebrosa. Desde el cuarto número 10 del Hotel Imperial, a donde un mozo le traía cada tanto tiempo botellas de whisky y garrafones de soda, observaba con amarga acinesis la ciudad colonial, de la que pronto dosterremotos no dejarían sino un hacinamiento de piedras, sobre el cual habría de erigirse la moderna Guatemala. Pero corría apenas el mes de septiembre de 1915 y a Tatay no le quedaban fuerzas ni para pensar en el otro terremoto que, allende el océano, estremecía los deleznables fundamentos del mundo y de su cultura. Su hijo, que llevaba su mismo nombre, venía desde la habitación contigua a rondarlode tiempo en tiempo, no sin hacerle notar que había viajado hasta Guatemala sólo por atenderlo. Pero era un vástago del desamor a quien no trataba de muchísimos años atrás, y él sólo podía pensar en la cabecita soñadora de su otro hijo, Güicho, al que había abandonado con Francisca hacía casi un año entre las ráfagas templadas, pero acaso agoreras, del otoño español.
Sabía que abajo, en elvestíbulo del hotel, lo aguardaba, con inextricable constancia, una pequeña corte de escribientes y poetastros, dispuesta a prodigarle hasta las adulaciones más abyectas. Tampoco ignoraba que lo hacían de muy buena fe. Y que había entre ellos algunos en quienes se podía confiar, algunos puros, como gustaba llamarlos, en particular aquel Arévalo, el de Maya, el de Las rosas de Engaddi. O aquel DragoBracco... Pero comprendía que había caído en una trampa y que la desesperación no podía ser propicia sino para juzgarlos cómplices, por acción u omisión, en este embauco satánico. Ah sí, mi alma de cristal es transparente; pero es como el cristal de la ventana que recibe las luces del poniente... Eran versos que habían llegado a obsederlo, no tanto por su buena factura como porque derivaban deotros suyos, ya lejanos. Si la transparencia espiritual llegara a convertirse en una simple moda, los resultados serían imprevisibles. Tatay extendía la vista sobre las techumbres de teja carmesí, tratando de encontrar en el firmamento no sabía qué cosa esperanzadora. La ciudad, donde había vivido veinticinco años atrás, en tiempos de Justo Rufino Barrios, le devolvía su modorra aldeana, suensimismamiento infinito que, en su corazón y en su rostro ya flácido y apacible, fatalmente se resolvían en angustia.
De todas las personas que lo acechaban desde las penumbras equívocas del hotel, a la que más temía era a ese tal Alejandro Bermúdez que lo había abandonado meses atrás en Nueva York y que ahora regresaba a cebarse en el festín guatemalteco. A su presencia prefería mil veces la del...