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Aunque apenas tenía 17 años, y alentado por sus hermanos menores, el impetuoso Fuad entendió que las deudas no daban espera y que para salir de ellas debía incrementar con mucha rapidez las ventas. Así que, aprovechando el desorden, sacrificó márgenes, bajó los precios a niveles increíbles y le apostó al volumen. Cuando su padre regresó, un año después, las ventas enpesos habían crecido 800% y por primera vez desde que llegó a Colombia, el panorama era promisorio.
Ricardo Char había llegado al país en 1926 atraído por las monedas de oro que Nicolás, su hermano mayor, enviaba desde Lorica, Córdoba, a su familia en Damasco, Siria. Tenía 26 años y planeaba aprovechar sus conocimientos en orfebrería para trabajar el material precioso en la pequeña poblacióncosteña. Montó un taller de joyería y se dedicó a comprar oro quebrado para producir anillos, collares y colgandejos, que vendía de pueblo en pueblo. Pero las joyas no tenían mucho cliente potencial en la región, así que tuvo que acudir a la fórmula de casi todos sus paisanos: montar un almacén.
Muy pronto conoció a Erlinda Abdala -también hija de inmigrantes-, se casó con ella y echó raíces en Colombia.Fueron 7 en total y se llamaron Fuad, Farid, Jabib, Simón, Ricardo, Miguel y Mary. Pero la venta de telas no daba para sostener la familia y decidió buscar nuevos horizontes lejos de Lorica. Vendió todo y llegó a Barranquilla en 1952 dispuesto a empezar de nuevo.
Buscó y buscó hasta que surgió la oportunidad de comprar el Almacén Olímpico, un negocio ya existente, ubicado en la calle de LasVacas (en el centro de la ciudad). Era una cacharrería donde los clientes encontraban hilos, encajes, cremalleras y botones; dulces y galletas; peines y cepillos; blocks de papel, tinta, cuadernos y lápices; cintas, elásticos y agujas; Alka-Seltzer, sal de frutas, curitas y esparadrapo; coloretes; talcos y aceites; maquinillas de afeitar y jabones, y otros productos básicos que no atraían granclientela pero le daban para mantener dignamente a su familia.
El comercio en las venas
Pero nada está escrito. Por el sorpresivo accidente de Ricardo Char, el 30 de julio de 1955, su hijo mayor Fuad tuvo que abandonar la Escuela Naval de Cadetes (en Cartagena) y regresar a Barranquilla para abrir, al día siguiente, el almacén de la familia. Igual sucedió con Farid y Jabib, quienes suspendieron susestudios de colegio
para ayudar. Y lo que parecía una tragedia, terminó siendo la entrada de los hijos Char a una actividad que sin saberlo llevaban en las venas.
No en vano, sin ninguna experiencia, implementaron en el almacén dos criterios de avanzada para la época: "hasta no saber dónde situarnos frente a la competencia, no tendremos precios fijos: dependerán del cliente, de la hora y de lacantidad que nos quiera comprar" y "un negocio no es una puerta que se abre únicamente cuando algún espontáneo desea entrar a comprar: hay que salir a ganarse el cliente".
Los resultados justificaron su osadía, pero no convencieron del todo a su convencional padre. Por eso, cuando don Ricardo regresó a ponerse al frente del almacén, su hijo Fuad prefirió abrir toldo aparte y le pidió apoyo comofiador para montar un segundo local. En ese momento, le apostó a la imprevista pasión por el comercio que acababa de descubrir y abandonar sus dos sueños previos de seguir en la Escuela Naval y estudiar medicina.
Pero no quería algo igual, y su afinidad con el tema de la salud lo llevó a incursionar en el negocio de las droguerías, aunque sin abandonar algunas líneas de miscelánea. La propuesta fue...
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