Adolescentes
Durante la adolescencia, cada generación se diferencia de la anterior con una forma de hablar que le es propia. Esto, que es parte del desarrollo de cualquier joven, puede llegar a tener algunos inconvenientes. Si el lenguaje se restringe solo a los vocablos de un grupo, las habilidades lingüísticas se empobrecen. Al contrario, desarrollar un lenguajeamplio resuelve problemas en la vida adulta y facilita el aprendizaje.
El lenguaje no es sólo un medio de comunicación sino una herramienta a través de la cual pensamos. Así, mientras más completo sea nuestra habla más fácil podremos entender la información que recibimos, expresar lo que queremos decir y resolver situaciones diversas.
Un lenguaje rico desarrolla nuestra capacidad de análisis porquenos permite tener más categorías para organizar el mundo que nos rodea y ésto ayuda a que entendamos conceptos abstractos.
Por lo mismo facilita la comprensión y resolución de problemas, ya sean éstos personales o matemáticos. En este sentido el lenguaje es transversal a todas las materias.
No sirve sólo para entender la lengua materna, en nuestro caso el castellano, sino también paradesarrollar la potencialidad de aprender otros idiomas, comprender los logaritmos matemáticos o reflexionar sobre la metafísica. "El lenguaje es como los ladrillos con los que se construye todo lo demás", explica la psicóloga educacional, Alicia Halcartegaray.
Su estimulación es importante en todas las edades, pero adquiere especial relevancia en la adolescencia por cuanto el paso al mundo adulto requierede destrezas que implican un buen manejo lingüístico.
Pero, ¿existe un lenguaje de los jóvenes?. Sabemos que "el joven enfrenta demandas académicas, familiares, interpersonales y personales. Está en proceso de comprender su mundo interno y desarrollar su identidad. Para armonizar todos estos mundos necesita recursos lingüísticos", explica la profesional.
En el proceso de cambio del adolescente,un lenguaje desarrollado le ayuda a poner etiquetas y nombres a lo que le pasa, a entender las propias emociones. En este sentido "el lenguaje es como un bisturí que permite hacer cortes más precisos de la realidad", ejemplifica la psicóloga.
En su búsqueda de la propia identidad es natural un alejamiento de los padres, lo que en parte se expresa en el uso de un lenguaje distinto al de losadultos que comparte con sus pares.
El problema ocurre cuando los modismos y expresiones propias limitan el desarrollo de un lenguaje más elaborado. "En vez de tener un vocabulario amplio que exprese cada objeto, sensación o emoción empiezan a usar ‘palabras comodines’ que sirven para nombrar muchas cosas, como bacán, la cosa o la cuestión entre otras", indica Alicia Halcartegaray.
Sin embargo en sufutura vida laboral y académica van a requerir de códigos mas desarrollados porque los modismos no sirven a la hora de conseguir trabajo o de argumentar con un profesor si se siguen estudios superiores. "Para ayudarlos a desarrollar su lenguaje no hay que descalificarlos. Cuando jóvenes todos hemos usado códigos distintos a los de nuestros padres. Una forma es pedirle al hijo que exprese elconcepto de otra manera, que lo describa", señala Verónica Garcés, quien también dirige la carrera de Psicopedagogía en la Universidad Andrés Bello.
Este trabajo pueden hacerlo tanto los padres como los profesores. A veces parece inútil porque fuera de la casa o de la sala de clases siguen usando los códigos propios, pero al final algo queda, opina la profesional.
La familia es un espacio donde eljoven puede desarrollar sus habilidades lingüísticas. Una forma es dedicando tiempo a la conversación y discusión de temas, que pueden tratar, por ejemplo, de lo que han visto en televisión.
Se debe evitar el uso de palabras comodines y hacer un esfuerzo por darle a cada cosa su nombre. De esta forma el adolscente enriquece su vocabulario y aprende a desarrollar ideas y a argumentar.
Otro modo es...
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