adorador insaciable
Frecuentemente, cuando nos encontramos con Dios, experimentamos su bondad y reposo. El profeta Isaías se convirtió enun adorador quebrantado. Este era un tipo de encuentro completamente diferente, un momento santo marcado por la inquietud y la introspección. El profeta se encuentra con el Señor Todopoderoso y nunca más vuelve a ser el mismo.
Se da cuenta de la grandeza de Dios y, a la luz de esto, de su propia debilidad, cuando dice: "Ay de mí! que soy muerto".
Isaías es quebrantado, sorprendido y sacudido enla presencia de Dios. Pero este quebrantamiento no es algo destructivo; Dios está despojándolo de sí mismo para transformarlo en un adorador más fuerte y más puro, un adorador cuyo clamor sea: "Heme aquí, envíame a mí" (v. 8).
Por supuesto, hay un tiempo en la adoración para regocijarnos, estar contentos y hasta tranquilos. Pero también viene un tiempo en el que Dios nos inquietará de una formamuy clara. Nos pone bajo la luz de su santidad, donde comenzamos a examinar nuestros corazones de una forma mucho más estrecha. Richard Foster lo llama "El escrutinio de amor de Dios". Es el amor de Dios que disciplina –a menudo severo– aunque siempre es un acto de bondad y nunca de crueldad. Él es un Rey santo, que demanda un pueblo santo. Y como es también el Padre perfecto, disciplina a los queama, simplemente porque los ama.
Recientemente asistí como uno de los líderes de adoración a una conferencia denominada "Adoremos juntos", realizada en los Estados Unidos. Como siempre, traté de preparar mi corazón y pensar en lo que Dios quería que hiciera. Pero mi mejor preparación llegó en la primer sesión de adoración dirigida por uno de los otros líderes.
Mientras me encontraba entre lacongregación, la presencia de Dios invadió mi corazón de una forma nueva y poderosa. Pero no fue uno de esos momentos tiernos o tranquilos. Todo lo que hizo fue guiarme al arrepentimiento. Surgían de lo profundo de mi corazón las pequeñas actitudes y pensamientos no expresados que habían pasado inadvertidos y que en ese momento podía ver que habían ofendido el corazón de Dios: tenía un poquito deorgullo y me había alimentado demasiado del respaldo de la gente, en vez de buscar la aprobación de mi Padre celestial.
"¿Quién soy yo para estar aquí como un líder de adoración?", me pregunté. "Lo que necesito es estar aquí en medio de la congregación para ponerme a cuentas y agradar a Dios, bien lejos de la plataforma." Era un adorador que había sido quebrantado, había muerto.
Fue exactamentecomo Dios quería que fuera. Cuando me levanté para dirigir la siguiente sesión, Él no quiso que yo pensara que podía lograr algo o que tenía algo especial para dar. Él solo deseaba un corazón quebrantado y sumiso. Como el rey David, el cantor de Israel, que declaró: "Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios" (Salmos 51:17).Surgían de lo profundo de mi corazón aquellas pequeñas actitudes y pensamientos no expresados que habían pasado inadvertidos y que en ese momento podía ver que habían ofendido el corazón de Dios. El libro de Jonás también nos brinda algunas claves acerca de cómo Dios obra en los corazones de los adoradores quebrantados. En un momento determinado Jonás se incluyó entre los adoradores: "Temo a...
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