Adorno Theodor Goce estetico

Páginas: 8 (1808 palabras) Publicado: 12 de febrero de 2015
“Goce estético”
El goce estético, en el desinterés kantiano, se disfraza hasta hacerse irreconocible. Lo que la conciencia común y una estética complaciente entienden por goce estético, tomando el modelo del goce real, probablemente no exista. El sujeto empírico sólo participa, en la experiencia artística tel quel, de forma limitada y modificada, disminuyendo cuanto mayor sea el rango de lasobras. Quien goza de ellas de forma demasiado concreta es un hombre trivial; las palabras como deleite de los oídos le extraviaron. Pero si se extirpase hasta la última huella del goce, la pregunta de para qué existen en definitiva las obras de arte nos pondría en apuros. Tanto menos se goza de las obras de arte cuanto más se entiende de ellas. Anteriormente, la forma tradicional de comportarse conlas obras de arte, forma del todo punto pertinente, era la admiración: son así en sí mismas, no para el que las contempla. Lo que de ellas le aparecía y le extasiaba era su verdad, lo mismo que en la forma de los tipos kafkianos, en quienes la verdad prevalece a cualquier otro aspecto. No eran ningún estimulante de orden superior. La relación con el arte no era de incorporación, sino, al contrario,de desaparición del contemplador en la cosa misma; este es el caso de las obras modernas, que le conducen como a veces las locomotoras en el film. Si se pregunta a un músico si la música produce alegría, es más probable que diga, como en el chiste americano de los violoncelistas gesticulantes bajo la batuta de Toscanini: I just hate music. Para quién tiene aquella relación genuina con el arte, enla que él mismo desaparece, nunca es objeto; para él sería insoportable la privación del arte; para él sus manifestaciones individuales no son una fuente de placer. Es innegable que nadie se ocuparía del arte, si, como dicen los burgueses, no le fuera nada en ello, sin embargo tampoco es verdad que sería un inventario: he oído esta tarde la Novena Sinfonía, he tenido tales placeres. Tal idiotezse considera ahora como sano sentido común. El burgués desea un arte voluptuoso y una vida ascética; al revés sería mejor. La conciencia cosificada reclama para su esfera, como compensación de lo que se le escatima a los hombres en la inmediatez sensorial, a algo que no tiene su lugar en esa esfera. Mientras que la obra de arte aparentemente atrae físicamente al consumidor por la atracciónsensorial, en realidad lo aleja: como mercancía que le pertenece y que siempre teme perder. La falsa relación con el arte está hermanada con la angustia por la propiedad. La concepción fetichista de la obra de arte como una propiedad que se puede tener y que puede destruirse por la reflexión, corresponde exactamente con el bien utilizable en la economía psicológica. Si el arte es según su propio conceptoalgo devenido, entonces también lo será su cualidad de medio para el goce. La magia y el animismo, formas predecesoras de las obras de arte y que no habían llegado todavía a su autonomía al formar parte de la praxis ritual, no se prestaban a ser gozadas, ni siquiera como formas sacras. Esas formas, predecesoras de las obras de arte, de la magia y del animismo, que formaban parte de la praxisritual, no habían llegado todavía a su autonomía, pero no se prestaban a ser gozadas, ni siquiera como formas sacras. La espiritualización de las obras de arte estimuló el rencor de los excluidos de la cultura e inició el género del arte para el consumo y, por otro lado, la repulsión que este tipo de arte levantaba en los artistas los impulsó hacia una espiritualización cada vez más desconsiderada.Ninguna estatua griega ha sido una pin-up. La simpatía moderna por lo muy antiguo y exótico no debería ser explicada más que de esta forma: ante los objetos naturales en cuanto deseables los artistas responden con la abstracción. Por lo demás, Hegel no olvidó en la construcción del «arte simbólico» esa cualidad no sensual de lo antiguo. El momento de placer que ofrece la obra de arte, una protesta...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • THEODOR ADORNO Y SU TEORÍA ESTÉTICA
  • Theodor Adorno
  • Theodor adorno
  • Theodor Adorno
  • Theodor Adorno
  • theodor adorno
  • theodor adorno
  • Theodor Adorno

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS