adorno
Es dentro de esta problemática de la imposibilidad posibilitante del horizonte de aparición de la posibilidad misma del acontecimiento en tanto que imposible, que se introduce la problemática de la firma y del nombre propio que llevaasociada. Firma en tanto que garantía de la singularidad absoluta necesaria para que todo acontecimiento pueda ser determinado como tal, pero que a la vez —y aquí reside nuevamente la indecidibilidad de la propia firma— se constituye como firma que garantiza la reproductibilidad pura de un acontecimiento puro. Para funcionar, es decir, para que sea legible, una firma debe poseer una forma repetible,iterable, imitable; debe poder desprenderse de la intención presente y singular de su producción. Y es por esto que su condición de absoluta singularidad es esa misma “mismidad” que, alterando su identidad y singularidad, le permite constituirse como acontecimiento diseminador y diseminado: «La condición de posibilidad de estos efectos es simultáneamente, una vez más, la condición de suimposibilidad, de la imposibilidad de su pureza rigurosa» [Derrida 2006a: 371].
2.9. La Deconstrucción como posibilitante no onto-teleo-lógico de la metafísica
Una vez llegados a este punto estamos en condiciones para comprender cómo la deconstrucción puede llegar a ser vista —y de hecho lo ha sido por un gran número de especialistas— como una nueva forma de realizar la metafísica en particular, y lafilosofía en general. Así, más allá de las vacuas apologías sobre “la muerte de la metafísica” realizadas en los años 80, en realidad, propiamente hablando, la deconstrucción sería la posibilidad misma de la apertura a una nueva forma de ejercer la metafísica. Una metafísica no ya basada en la presencia e inmediatez del ser a sí mismo sino en la huella de su ausencia. Una metafísica que, ensentido estricto, prescindiría completamente del significado determinista y determinante de nociones como “esencia”, “sujeto”, “objeto”, “sustancia” o “naturaleza” y que de ninguna manera podría desarrollarse ni por “categorías”, ni por “principios”, sino únicamente mediante la práctica diseminante de las lecturas de otros “textos”. Una noción, por tanto, que impediría tanto los conceptos de “origen” o“fin” entendidos de un modo absoluto.
Además, esta nueva posibilidad en tanto que otro modo de ser (o) más allá de la esencia que abriría la deconstrucción buscaría el irrenunciable germen, fundamento, o “subyectil” deconstructivo presente en todo intento de asentar la metafísica de la presencia. De este modo, esta nueva metafísica deconstructiva siempre estará desarrollada como una lectura...
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