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Oscar Heck.
Durante unos meses hice un contrato para el dueño de la más grande cadena de optometristas, en aquel tiempo, en laprovincia de Québec, Canadá, Lunetterie Farhat. El dueño, el Sr. Farhat, es un libanés que arribó a Canadá, no sé cuando, pero sé que llego con solamente un poco de dinero, solamente lo suficiente paraempezar una pequeña tienda de venta de lentes, y su pequeño servicio de optometrista, en la calle St. Laurent, cerca de la calle Sherbrooke.
De él aprendí algo que nunca olvidaré.
El Sr. Farhat teníael sueño de ser el más grande optometrista en la provincia, pero después de unos 10 años, trabajando desde su pequeño negocio, se dio cuenta que nunca iba a expandir, porque no tenía el dinero losuficiente para pagar estudios de mercado, para saber donde establecer la segunda tienda, la tercera, etc. Entonces, como él me lo contó, se había dado cuenta que una cadena de farmacias, Jean Coutu, quehabía empezado al mismo tiempo que él con una sola farmacia, pero que su fundador venia de una familia de mucha plata, ya tenía 10 sucursales. Es entonces cuando al Sr. Farhat, impulsado por su deseode ser “grande,” tuvo una inspiración, la cual lo llevó, sin mayor inversión o complicación, a ser el optometrista más grande de la provincia.
¿Qué hizo?
Simplemente copio a Jean Coutu. Cadavez que Jean Coutu abría una nueva sucursal, Farhat alquilaba el local al lado de Jaen Coutu. Cada vez, que Jean Coutu hacia especiales en sus productos, Farhat hacia igual, cada vez que Jean Couturenovaba sus locales, él hacia igual – y es así que Farhat llegó a ser el optometrista más grande de Québec. ¡Muy inteligente el señor!
Interesante, ¿verdad? Aquí en Venezuela ha estado ocurriendoexactamente la misma cosa. Cada vez que Chávez decía algo, Capriles lo copiaba, además, usando casi las mismas palabras, cada vez que Chávez hacia algo, Capriles lo imitaba, cada vez que Chávez salía...
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