adri
Todas las colinas ondulaban hacia el sitio que buscabas. Un ondular hacia las márgenes de los ríos
con lentas barcas y caimanes en las aguas amarillas.
Un lento ondular hacia el horizonte,
donde la noche congrega a los hombres con sus guitarras,
entre sus viviendas de ennegrecida palma,
bajo el silencio solitario de las estrellas.
Cap 17
Ahí te acogían, y ahí estaba tu noche.
Tú venías, venías con tu vida y tus recuerdos,
con tu voz, con tu alegría y tus angustias,
pero nadie sabía de dónde venías.
Y el joropo en el arpa te agitaba una nueva melodía,
y había una nueva tristeza para ti, y una nueva alegría.
Cap18
Llegaba el día del agua verde,
espesa como un lienzo oscuro con flores.
El agua estancada con gérmenes de fiebre,
el agua solitaria, perdida, abandonada,
donde la garza inmóvil se mira en su tristeza.
Y era el día sin pan, el día sin respuesta.
Cap 19
Te señalo en el mediodía de la angustia,
entre árboles y espinas y cigarras,
entre lenguas de fuego bajo el sol.
Te señalo en la soledad de danzas ilusorias,
de corrientes perdidas, de sutiles serpientes,
cuando la hora tritura sus cristales y espejos,
y las aves huyen del gran pozo de fuego,
donde estalla la fruta, la espiga, la corteza,
donde la calavera brilla sonoramente
en su amarilla frente
que lamen aguas tibias,
que llaman vocesroncas,
ecos de las cavernas.
Cuando en la vivienda de barro y palmas
la gente calla cabizbaja en el humo del tabaco,
en el sopor de su oscura pobreza
entre tinajas, cenizas y cucharas de palo.
La araña cobriza y lenta,
el insecto de plata y de veneno,
están aquí en tu silencio,
en tu silencio profundo como el día, donde posan los valles
como en la reminiscencia de una leyenda
Nuestros hombros y nuestra frente.
En medio del vaho que aguarda la noche
para mover sus visitantes azules,
entre los ojos del leopardo y del búho.
Tú estabas aquí, solo, devorado, mudo,
con tu garrafa de aguardiente para la noche,
con tu perro y tus estrellas de otro mundo. Padre mío, padre de mi sangre.
Y de mi poesía.
cap 20
Aquí la noche deja los juncales
con sangrientos reflejos,
con ondas purpurinas en penumbra
y escamas aceradas.
Un profundo combate
hiere cuerpos perdidos en la sombra.
Es un agua de lentos círculos de agonía,
con ojos en el sueño,
de flor amarga abierta entre laspiedras.
Es el agua de alma solitaria,
del hombre que soporta los confines,
dando a la tierra huellas, brasas del corazón,
voces a la llanura donde un demonio canta,
por donde avanza el día con humedad caliente,
con altas y sonoras geometrías
de pájaros acuáticos,
que figurando van rojas costas celestes.
Así tú visteel cielo abrazado a la tierra,
en un grave misterio de rojo resplandor,
donde un jinete enlaza el toro de la muerte.
Y fuiste interrogando en silencio los días,
y una voz que salía del fuego de la tierra,
te dijo:
"Destruye tus venablos contra el sol,
haz que tu cuerpo sangre sobre la roza oscura,
y entrégate a las llamas que surgen de lashuellas,
de la pira que América enciende noche y día
al pie de la visión abismal de sus héroes".
cap 21
Y siempre fue un nuevo regresar,
un lento aproximarse de la noche,
un duro avanzar de la existencia,
un recobrarse a solas, un decirle a las sombras:
"Esperad, esperad al hombre.
No le rechacéis, guardadle bien, que...
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