aentura con el teleisor

Páginas: 6 (1452 palabras) Publicado: 8 de enero de 2015
Aventura con el televisor

Una noche el doctor Verucci volvía a casa del trabajo. Este doctor Verucci era un empleado, a lo mejor de correos. Pero también podía ser un dentista. Podemos hacer todo lo que queramos con él. ¿Le colocamos bigotes? ¿Barba? Muy bien, barba y bigotes. Intentemos también imaginar cómo está vestido, cómo anda, cómo habla. En este momento se habla a sí mismo... Vamos aescucharle a escondidas:
—A casa, por fin a casa... Hogar dulce hogar... No puedo más, estoy verdaderamente cansado. Y además todo este jaleo, este tráfico. Ahora entro, cierro la puerta, señoras y señores, les saludo: todos fuera... cuando cierro la puerta de casa el mundo entero tiene que quedarse fuera. Esto al menos lo puedo hacer, vaya... Ya está. Solo, al fin solo... qué maravilla...Primero, fuera la corbata... Segundo, las zapatillas... Tercero, encender la televisión... Cuarto, la butaca, con el taburete bajo los pies, cigarrillo... Ah, ahora estoy bien. Y sobre todo, solo... so... Pero ¿usted quién es? ¿De dónde viene?
Una hermosa señorita sonreía amablemente al doctor Verucci. No estaba un instante antes, ahora se encontraba allí, sonreía y se arreglaba un collar sobre elpecho.
—Doctor, ¿no me reconoce? Soy la presentadora de la televisión. Usted encendió el televisor y aquí me tiene. Tengo que darle las noticias de última hora...
El doctor Verucci protestó:
—Más despacio, usted no está dentro del televisor como debería: está en mi casa, en mi diván...
—Perdone, ¿cuál es la diferencia? También cuando estoy en el televisor estoy en su casa y hablo con usted.
—Pero¿cómo ha hecho para entrar? No me he dado cuenta... Oiga, ¿no habrá entrado a escondidas, verdad?
—Vamos, no le dé tantas vueltas... ¿Quiere o no las noticias del telediario?
El doctor Verucci se resignó:
—La cosa no acaba de convencerme, pero bueno... Puede empezar.
La hermosa señorita se aclaró la voz y comenzó:
—Entonces: en Inglaterra continúa la caza del temible bandido evadido de lacárcel de Reading. El comisario jefe de la policía ha declarado que según él el bandido se esconde en los bosques...
En ese momento el doctor Verucci oyó una voz que no provenía ni del televisor ni de la presentadora, sino de un punto indeterminado detrás de su cabeza. La voz dijo:
—¡Cuentos!
—¿Quién es? —se sobresaltó Verucci—. ¿Quién ha hablado?
—Es el bandido, ¿no? —dijo la locutora sininmutarse—. Mire, estaba escondido detrás de su diván.
—Cuentos —repitió la voz—, no le voy a decir a usted dónde me escondo...
El doctor Verucci se levantó de golpe, miró hacia donde salía la voz y estalló:
—Pero, ¿cómo se permite? ¡Y encima armado! ¡Un bandido en mi casa! ¡Cosa de locos!
—¡Si es usted quien me ha invitado! —dijo el bandido saliendo de su escondrijo.
—¿Yo? Esta sí que es buena...Yo invitando a bandidos a hacerme visitas y tomar una copa...
—A propósito, ¿la tiene?
—¿El qué?
—La copa.
—Además de un bandido es un descarado. En primer lugar, declaro que no le conozco y que está aquí en contra de mi voluntad. Usted, señorita, es testigo.
—No, doctor Verucci —dijo la locutora—, no puedo testificar como usted quiere. Fue usted el que encendió el televisor...
—Ah, tambiénel bandido...
—Desde luego, ha entrado en su casa desde el televisor, como yo.
—Bueno —dijo el bandido—, ¿me ofrece una copa o no?
—No faltaba más —contestó el doctor Verucci—, adelante, acomódese. Haga como si estuviera en su casa. Ya me he dado cuenta de que aquí no pinto nada. Es mi casa, pero no tengo ninguna autoridad. La puerta está cerrada, las ventanas atrancadas, pero la gente entra ysale y hace lo que le parece...
—Cómo se enrolla por una copa —observó el bandido.
—¿Sigo con las noticias? —preguntó la locutora.
Y Verucci:
—¿Por qué no? Siento curiosidad por ver cómo acaba esta historia...
Y la señorita volvió a adoptar el tono impersonal de las locutoras y anunció: El general Bolo, comandante de las tropas semánticas, ha declarado que reiniciará lo más pronto posible...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Aenturas e un niño de la calle

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS