afectividad
1.- INTRODUCCIÓN
¿Qué es el hombre? Siguiendo la definición de Aristóteles, es un animal racional (zoon logon). Un espíritu encarnado; o un cuerpo espiritualizado.
La espiritualidad del hombre, el poseer alma inmortal, que es lo mismo -como muestra Platón, en Fedón- supone una doble consecuencia:
a) el hombre posee raciocinio. Conoce, yconoce que conoce;
b) es volitivo: quiere, y quiere querer (libre).
Esta doble dimensión –racional y volitiva- le distingue netamente del animal, porque éste:
a) no sabe que conoce;
b) no es libre: está determinado por su entorno circundante (umwelt; von Uexküll) y su organismo está determinado, como explica la Biología, tanto internamente (Genética), como externamente (Etología).
Peroel hombre es también animal: esto supone una similitud con el animal. Tiene entorno, pero lo trasciende: abierto al mundo (welt; Scheller). Está condicionado, pero no determinado (el hombre es un ser ético).
La animalidad nos resulta evidente: mamíferos; familia: primatae; género: homo; especie: sapiens. Nuestra similitud con el chimpancé es asombrosa: 98,80 % de identidad genética.
Estaesencialidad animalesca nos sitúa también en la escena de la naturaleza: formamos parte de ella. A diferencia del ángel que no necesita conquistas, y a diferencia del simio que no está interesado en ellas, el hombre se apoya en conquistas que son fruto de una misteriosa unión de materia y mente en él”. Stanley Jaki (Angels, Apes and Man). El trabajo –el raciocinio- y lo que conlleva (innovación) esla condición humana.
2.- LAS PASIONES DEL HOMBRE COMO ANIMAL
Cuando hablamos de corporeidad, tenemos que tener en cuenta que:
a) ser vivo: con movimiento autónomo;
b) animal: con sensibilidad, que le da la organización de un sistema nervioso.
En el caso del hombre, el sistema nervioso central –como en los mamíferos y primates- está dotado fisiológicamente por movimientos eléctricos–diferencia de potencial de membrana- que son de dos tipos: eferentes y aferentes; y también hormonales. Es decir, una transmisión casi instantánea que pone en alerta: por ejemplo, retirar la mano de la llama cuando siente el calor penetrante.
El hombre, como todo animal, tiene dos instintos muy desarrollados e intensos:
a) el de conservación del individuo;
b) el de conservación de la especie.Son instintos básicos. El primero es primario con relación al segundo, pues sin individuo no hay reproducción.
La animalidad se va a reflejar en estos instintos, pero que no agotan la afectividad, es decir, su sensibilidad. No hay que olvidar que el hombre es un ser inespecífico (Louis Bolk), y que el espíritu lo libera del anclaje a la materia.
Tampoco se circunscribe a la res extensacartesiana, sino que lo integra en la persona, en un yo, libre y amoroso; y por tanto, con capacidad para autoposeerse y autodonarse. Yo no tengo cuerpo, sino que soy cuerpo y manifiesto mi espíritu a través del cuerpo (G. Marcel): la cara es el espejo del alma.
El cuerpo nos da sensibilidad: la passio de Aristóteles (en griego, pathos) la describe en la Ética a Nicómaco (Ethica Nic., 2c. 5).Para Aristóteles, la passio es contrapuesta a la actio: es decir, lo que se siente, o es sentido. Lo que se “padece”: capacidad de placer o de sufrimiento.
Si no tuviéramos cuerpo, no tendríamos “passio”. Y en esto, nos parecemos a los animales. Cuando el animal está satisfecho, está “feliz”; cuando está, por ej., hambriento o sediento, tiene una insatisfacción.
El ser animales, nos hace serseres “pasionales”. Vivimos, conocemos y amamos a través del cuerpo.
La passio no es algo que se “busca”, sino que acontece. El sujeto es pasivo; y sólo se pone en “acción” al carecer de la adecuada satisfacción y, en consecuencia, sufrir la “passio”.
La passio, o acontecer, se manifiesta inicialmente en las necesidades corporales que tienen las siguientes características:
a) apetito...
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