Aferrados

AFERRADOS

Pregunto: ¿A qué nos aferramos?

Al transitar por este viaje de vida, repito, ¿A qué estamos aferrados?

En el plano físico, son nuestros pies los que se aferran a esta tierra. En este plano no percibimos tal cosa como necesidad pues se da por naturaleza, establecida así por el Creador. Mas, lo mire como quiera, es una clara necesidad ¡Debemos tener los pies sobre la tierra!.Pero, volviendo al punto, ¿A qué nos aferramos para sobrellevar la vida, sus años, sus días. sus minutos incluso?

Somos concebidos y formados en cálida matriz. Ahí no sabemos nada. Permanecemos como escondidos allí hasta llegarnos la hora determinada para ser expulsados a las oscuras aguas impetuosas del vasto mar mundo.

¡Qué terror!, ¡Qué miedo!, ¿Quien soy?, ¿Hacia dónde voy y qué hagoaquí?. Sin voz no hay oídos, sin oídos no hay voz.

Y nos aferramos.

Manifestando egoísmo en nuestras primeras e inconcientes actitudes frente a la vida, nos aferramos a nosostros mismos, cerrando nuestras diminutas manos, como queriendo entender aquello que no es otra cosa más que nosotros mismos. En breve, nos aferramos al pecho materno, cálidamente complaciente, que nos comprende y consientesin chistar. ¡Pecho materno, tu si entiendes a este bebé!. Si los neonatos hablaran prorrumpirían en loas así.

Como Tarzán, de liana en liana, nos aferramos de aquí y de allá pues ningún asidero es tan firme como para sostener semejante carga : nuestro ayer, nuestro hoy y nuestro mañana. Optamos entonces por los juguetes que ciertamente nos acompañarán toda la vida. Si, toda la vida. Condestreza, artimaña y negación nos autoengañamos para proseguir con cada paso; sin la mínima reflexión en cuanto a su orientación y dirección. Norte u oeste, hacia adelante o hacia atrás, no nos importa, serpenteante bajada propicia el avanzar.

Pronto nuestras manos aprietan fuerte algún trozo deforme, llevándolo a nuestra tierna boca, logrando así morder. Duro, con inocente sadismo, con insistentecompulsión. Como descargando en él la rabia por tan precaria situación, salgan pronto o lento los dientes que facilitarán la intención. Cuando ello sucede, tal vez con cansancio mandibular, optamos por otros objetos, con más color queremos jugar.

Así transcurre y discurre el tiempo, nuestro tiempo dirán algunos ilusos prepotentes, cambiando de un asidero a otro pues entre más peso más dificil essoportar la carga de nuestro ser, dicho ya. Se han multiplicado las preguntas, cuándo, cuánto, dónde y porqué. Parece que ya no caminamos, mas bien corremos. Parece que no llegamos, mas bien huímos. No sólo nos aferramos, recreamos el escondite matriz. ¡Corran!, ¡Corran!, ¡De prisa; que el futuro nos alcanza! Nos persigue implacable, como un fastasma ayer le vi, espectro enorme frente a mí.Continuamos con nuestros juguetes, los hemos renovado, entre ellos nos ocultamos. Si hay una princesa, seremos príncipes, si hay un castillo seremos los reyes, si hay un arcoiris nos sentimos gnomos de pico y pala, si hay confites seremos payasos, si hubiesen espadas seremos guerreros, si hay público seremos su héroe anhelado o bien el santo de su devoción, y si aún tan sólo una casita hubiere; al piede la letra interpretamos el muy respetado guión paterno o materno, o el del retoño perfecto. Y se arma el bullicio : ¡Yo quiero ser el rey!, ¡No, yo lo seré!, ¡No, yo!, ¡No!, ¡Yo!, ¡Yo!.

Allí nos quedamos, así viajamos, aferrados y escondidos en nuestras efímeras ilusiones vanas, con los dedos cruzados hasta el calambre temiendo que algún fuego su desaparición propicie exponiendo en el actovergonzosa desnudez cual triste legado de la mentada madurez.

Cual inexpugnables bastiones nos aferramos y escondemos en fama, riqueza, pobreza, inteligencia,… madre, padre, esposo, esposa y hasta diversas mujeres,… hijos, hijas, mascotas, trabajos, carros, bienes,… títulos, rangos, jerarquías, mandos y subalternos,… licor, vino, cerveza hasta reventar nuestra cabeza,… pasatiempos, aficiones,...