Africa
puede ser más acertado atendiendo al contexto que muestra este reportaje. África, un
continente alejado delos demás, y no solo geográficamente, sino alejado del resto de
civilización humana que vive su día a día ajeno a esta realidad. Si a esto le añadimos el
estudio del cuidado y atención depersonas con problemas de salud mental en este
contexto da mucho de qué hablar. Es un sitio donde la escasez de recursos y de
inversión en medidas higienicosanitarias hace del progreso,mejora y tratamiento de
estas personas como algo inconcebible.
No es algo nuevo que en África los cuidados y el sistema sanitario pueden
catalogarse como inexistentes. Este documental es unbuen recurso de concienciación
para la población acerca del trato a este tipo de pacientes.
Es la ignorancia sobre este tipo de población y los prejuicios sobre este proceso
patológico loque acentúa esta muestra de deshumanización de cuidados.
Me llama la atención cómo estos pacientes son catalogados de demonios y no
cuentan si quiera con el apoyo familiar, algo impensableen nuestra sociedad actual.
Pero me sorprende más aún el hecho de que traten a todos los enfermos por igual,
independientemente de cuál sea su trastorno. Existe un problema que prevalece porencima de la escasez de valores que se impone en esa sociedad, y es la falta de
información que hay sobre la salud mental y la manera de abordarla. Es alarmante ver
que su pauta deactuación se resume en un aislamiento social tan exagerado
terminando en el olvido.
Cabe destacar el rol del protagonista y su labor con estos pacientes. Transmitiendo
múltiples valores yadvirtiendo al pueblo africano de la importancia del abordaje
terapéutico en este ámbito. Intentando marcar un punto final a la situación de
exclusión social de los enfermos mentales.
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