Agresividad y problemas de conducta en el aula
Isabel Serrano Pintado
Universidad de Salamanca (2003)
La escuela es un lugar privilegiado para poder detectar numerosos comportamientos anómalos en los chicos, dado que los alumnos pasan muchas horas en ese ambiente y es allí donde los efectos de la presión tanto de los pares y medios de comunicación, como de los cambios culturales llegan antesque a otros contextos (Saldaña, 2001). Ahora bien, este privilegio se convierte en un handicap para los docentes. Y esto es así porque “para que tenga lugar un aprendizaje eficaz en la interacción didáctica deben concurrir una serie de conductas que posibiliten la enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, son muchas las ocasiones en que no ocurre así; algunos alumnos ponen de manifiesto conductasproblemáticas que dificultan seriamente su propio aprendizaje y el de los demás compañeros, infringiendo las más elementales normas de convivencia en el aula o en el colegio. Este es uno de los problemas más acuciantes con que se encuentra el profesor y que capitaliza su atención en el desempeño docente. El control de tales conductas supone un difícil reto para el docente ya que, además de atender a lafaceta puramente instruccional de los contenidos curriculares debe, también,centrar su quehacer tutorial en instaurar correctos hábitos educativos en sus alumnos dentro de un proyecto de educación integral. En este sentido, se hace necesario prestar la máxima atención y conceder la mayor importancia posible a lograr unos comportamientos que posibiliten
el aprendizaje y la convivencia escolar, demodo que ambos aspectos resulten mutuamente conciliables y favorecidos” (Vallés, 1988).
Admitiendo que a lo largo de toda la historia educativa, han existido los conflictos de
comportamientos infantiles y adolescentes en la escuela como en el hogar, es preciso reconocer que actualmente los docentes se quejan de un incremento exponencial de este tipo de problemas. Los cambios que haexperimentado la familia como institución, las consecuencias de la reforma educativa, la crisis de valores y la frecuente exposición a modelos violentos son algunos de los factores que han favorecido ese incremento de situaciones conflictivas en el ambiente social, familiar y/o escolar de la población infantil y adolescente, que padres, profesores e incluso los propios alumnos, con frecuencia no sabenresolver satisfactoriamente.
Y este aumento es especialmente drástico en las aulas de Educación Secundaria, ya que
la escolarización obligatoria ha traído consigo aulas heterogéneas en las que conviven alumnosque parten de niveles de conocimientos diferentes, con distintos ritmos de aprendizaje y en muchos casos (al menos un 20%, según Marchesi, 2000) con una motivación hacia los estudios muy escasa.Además, muchos profesores reconocen que, actualmente, el marco que establece la aplicación de la Reforma Educativa obliga a adoptar perspectivas de disciplina muy distintas a las que tradicionalmente se habían empleado, de corte mucho más autoritario (Del Campo, 1999). Ellos mismos reconocen a menudo “la desorientación de sus alumnos, así como el desconocimiento que ellos mismos poseen sobretécnicas y métodos adecuados para poder hacer frente a la problemática que se les plantea en el aula” (Pérez-Pareja, 1993).
Son muchas y muy variadas las conductas que se podrían considerar como una trasgresión a lo que el profesor considera como comportamiento adaptado del alumno. Hollins ya en 1955 ofreció un listado de conductas problema en el aula, entre las que podríamos citar amenaza, robos,riñas, falta de respeto, vagancia, acusaciones, desobediencia, hacer novillos, falta de atención, malos modales, trabajos desordenados, retraimiento y charlatanería, entre otras. Pelechano (1979) destacó mediante la escala ESE-2, cuarenta y tres conductas anómalas como golpear a los compañeros, mentir, buscar peleas, romper cosas, amenazar, gritar, interrumpir cuando el profesor habla, etc. Peiró y...
Regístrate para leer el documento completo.