Agrobiotec en las americas
en las Américas:
Una mirada a la situación actual y
a las tendencias futuras1
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura
1. Documento preparado por Eduardo J. Trigo y Federico Villareal del Grupo CEO en coordinación
con el Programa Hemisférico de Biotecnología y Bioseguridad del IICA
© Instituto Interamericano de Cooperación para laAgricultura (IICA). 2009
El Instituto promueve el uso justo de este documento. Se solicita que sea
citado apropiadamente cuando corresponda.
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el sitio Web institucional en http://www.iica.int
Coordinación editorial: Bryan Muñoz, Ramón Lastra y Eduardo Rojas
Corrección de estilo: Marta Kandler
Diagramado: Zona CreativaDiseño de portada: Karla Cruz
Impresión: IICA Sede Central
Trigo, Eduardo J.
La agrobiotecnología en las Américas: una mirada a la
situación actual y a las tendencias futuras / Eduardo J.
Trigo, Federico Villareal -- San José, C.R.: IICA, 2009.
72 p.; 28 cm.
ISBN13: 978-92-9248-030-1
1. Biotecnología agrícola 2. Comercio internacional 3. América
Latina 4. Caribe I. Villareal, FedericoII. IICA III. Título
AGRIS
F30
San José, Costa Rica
2009
DEWEY
660.6
Tabla de contenido
Introducción
l mundo enfrenta un dilema
particularmente
acuciante:
por
un lado se le pide incrementar la
producción y la productividad; por
otro, cada día son más evidentes los riesgos
medioambientales que se corren si se
mantienen las actuales prácticasproductivas,
prácticas que parecen insostenibles, desde el
punto de vista energético y desde el punto de
vista de los recursos naturales.
Esta no es una situación nueva; el mundo ha
estado en situaciones similares. De hecho,
hace 50 años se vivió un conflicto parecido
entre el crecimiento de la población y el
estancamiento en la oferta de alimentos. En
aquel momento, el surgimiento de lo que
seha dado en llamar “la revolución verde”
ofreció una respuesta tecnológica exitosa
y permitió incrementar la producción de
cultivos alimenticios, atender la demanda
de alimentos y evitar una posible crisis
alimentaria. Mejores variedades de plantas y
un mayor y mejor uso de los insumos, como
el agua y los fertilizantes, junto, en algunos
casos, a la incorporación de nuevas tierras,permitieron una producción mayor y más
equilibrada (Echeverría y Trigo 2008).
Esas tecnologías, si bien no han perdido su
relevancia en muchos lugares, ya no parecen
ser tan potentes como hace dos o tres décadas:
la productividad encuentra topes en los
límites genéticos, la escasez de agua afecta
la producción, la competencia entre el uso
humano y el agrícola plantea enfrentamientos
difíciles.Además, la preocupación por el
cambio climático entra en conflicto con el
uso intensivo de insumos agrícolas, que con
frecuencia son vistos como uno de los peores
males en términos de emisión de CO2. Y si este
no fuera el caso, la escasez energética —basta
ver el incremento dramático en el precio de
los combustibles— hace que la continuación
de los patrones tecnológicos actuales debaser tomada, en cualquier caso, como un
mal menor y no una auténtica solución a la
problemática que se avecina. Muy por el
contrario, la agricultura, en su carácter de
fuente de biomasa, es apreciada, cada vez más,
como una actividad clave ante el surgimiento
de este nuevo escenario energético.
La experiencia ha mostrado que el
impacto medioambiental de la industria
es directamenteproporcional al nivel de
actividad económica (por ejemplo, si la
producción se duplica, el impacto se duplica).
Entonces, si se incrementa la producción, hay
que hacer mejoras en el desempeño ambiental
o en la eficiencia ecológica de la tecnología
que se utilice, para evitar el consiguiente
aumento en el impacto ambiental. Y, para que
esto sea posible, las innovaciones científicas y
tecnológicas...
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