Agronomo

Si bien no hay estudios que evalúen comparativamente los costos de oportunidad social y económica de las irrigaciones en la En los últimos años, las grandes inversiones destinadas a los sierra y en la costa, sí se ha podido comprobar el gran impacto que tienen estos proproyectos de irrigación se han concentrado en la costa, y las yectos en el incremento de la producción y nuevas tierras ganadashan sido transferidas a grandes la rentabilidad del agricultor andino. El imempresas, verdaderos neolatifundios. Sin embargo, hay pacto social es mayor si se toma en cuenta otras alternativas para la inversión en riego en la sierra que, en la sierra, el suelo, por lo general, es poco fértil y el agua es escasa, lo que impli—región que concentra el mayor índice de pobreza rural—, ca aumentar lapobreza de los campesinos, capaces de generar rentabilidad no solo económica, carentes de los medios indispensables para sino social. su supervivencia. Considerando lo anterior, ¿por qué el Estado no privilegia la inversión en irrigacio- responder a estas necesidades. «En cam- ta y sierra— son válidas, siempre y cuando nes medianas y pequeñas en la sierra y no bio, grandes agroinversionistas en lacosta sean bien llevadas, tanto técnica como soen la costa, donde la mayor beneficiaria es pueden traer o contratar sus propios pa- cial y económicamente. «Si en la costa se opta por la gran agricultura, donde la gran agricultura, que posee mala propiedad de la tierra y los dereyores recursos propios para su dechos de agua se concentran en posarrollo? Jan Hendriks —especiacas manos, esta opción no esconlista en manejo del agua en zonas veniente. Pero si, en cambio, se da rurales— señala que invertir más en apoyo al pequeño y mediano agrila sierra es un tema de voluntad pocultor, el modelo sí conviene», exlítica sobre cómo queremos el país: plica. «Y en cuanto a la sierra, si la o con más desigualdad o con maanalizo bajo las condiciones que yor equidad de oportunidades. tiene el agricultor,como infraestruc«Tradicionalmente, las grandes irritura construida por ellos mismos, gaciones en la costa siempre han suelos con bajos niveles de fertilisido privilegiadas políticamente, sin dad, sin asistencia técnica, sin acpreguntarse mucho sobre la districeso al crédito, con semillas de mala bución social de la inversión estacalidad, y lo único que hago es dotal», refiere. «Normalmente, lospequeños y En la sierra, donde el agua es escasa y el suelo poco fértil, un mayor tarlos de la infraestructura (hídriacceso al recurso hídrico puede ayudar a incrementar la producción ca), definitivamente, este modelo no medianos proyectos de riego en la de los pequeños agricultores más pobres. conviene», agrega. sierra son bastante menos costosos (entre US$2,000 y US$3,000 por ha) que quetesagrotecnológicos, lo cual significa Plan Meriss las grandes irrigaciones en la costa un “dolor de cabeza” menos para el EstaLas irrigaciones en la sierra son una op(US$10,000 o más por ha). Pero el problema do», indica. En tanto, para Francisco Soto, ex director ción válida —a decir de Soto— si se sigue es que la recuperación económica de la inversión puede ser bastante lenta en la sierra ejecutivo deIproga, ambas opciones —cos- el ejemplo de lo que se hizo en el Plan de Mejoramiento de Riego en Sierra, el llamasi se trata de productos agrícolas tradiciodo Plan Meriss, que se ejecutó en dos fanales y con mayor destino al autoconsumo. ses: Plan Meriss Inka I (1978 a 1986) y Plan En estos casos, la justificación es sobre todo Meriss Inka II (1980 hasta la actualidad)1, y de carácter social. Porotro lado, parece que la supuesta rentabilidad de las grandes irri- «La mayor disponibilidad de agua, que tuvo dos componentes: el mejoramiengaciones en la costa se “sustenta” con ci- así como el clima y los suelos, to de la infraestructura de riego (obras) y el desarrollo agrícola. fras infladas, a menudo intencionalmente y, Soto destaca el trabajo complementario a veces, con externalidades no...