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Páginas: 6 (1268 palabras) Publicado: 1 de septiembre de 2013
UNA MESA ES UNA MESA
Peter Bichsel
Traducción de Epigmenio León
Quiero contarles de un hombre viejo que ya no pronuncia ninguna palabra. Tiene un rostro cansado: cansado de reír y cansado de enfadarse. Vive en una pequeña ciudad, al final de la calle, cerca de la esquina. No vale la pena describirlo, casi nada lo diferencia de otros. Usa un sombrero gris, pantalón gris, una chaqueta gris y eninvierno un largo abrigo gris. Tiene un cuello delgado cuya piel está seca y arrugada. Los botones blancos de la camisa le aprietan demasiado.
En el piso inferior de su casa tiene un cuarto; quizás estuvo casado y tuvo hijos, quizás vivió antes en otra ciudad. Seguramente alguna vez fue niño, pero eso fue hace mucho tiempo, allá donde los niños eran vestidos como adultos. Donde se veíantal como en el álbum fotográfico de una abuela.
En su cuarto hay dos sillas, una mesa, una alfombra, una cama y un armario. Sobre la pequeña mesa está un despertador, al lado están los viejos periódicos y el álbum fotográfico; sobre la pared cuelgan un espejo y un retrato.
El hombre viejo tomaba un paseo por las mañanas y un paseo por las tardes; hablaba un par de palabras con suvecino, y por las noches se sentaba a la mesa.
Nunca cambiaba. Incluso los domingos eran así.
Y cuando el hombre se sentaba a la mesa, siempre escuchaba hacer tic tac al despertador.
Pero hubo un día especial: un día con sol, no tan frío ni tan caliente, lleno de gorjeos de pájaros, con gente alegre, con niños que jugaban. Y lo especial fue que, de pronto, todo le gustó al hombre.Y sonrió.
—Ahora todo cambiará —pensó.
Desabrochó el primer botón de su camisa, tomó su sombrero en la mano; aceleró su paso, se balanceó en sus rodillas al caminar y se puso muy contento. Llegó a la calle donde vivía, inclinó la cabeza para saludar a los niños, caminó hasta su casa, subió la escalera, tomó las llaves de la bolsa y cerró su cuarto.
Pero en su cuartotodo seguía igual: una mesa, dos sillas, una cama. Y cuando se sentó a la mesa, escuchó nuevamente el tic tac y toda su alegría se fue, pues nada había cambiado.
Entonces al hombre le sobrevino una enorme furia.
En el espejo vio ruborizar su rostro: cómo cerraba y abría los ojos; entonces hizo puños sus manos, las levantó y golpeó la mesa; primero un golpe, después otro y empezó agolpear y golpear como si tocara un tambor, al tiempo que gritaba una y otra vez:
—¡Tiene que cambiar, esto tiene que cambiar!
Y dejó de escuchar el despertador.
Pero sus manos comenzaron a dolerle y su voz se cansó; entonces escuchó otra vez el despertador.
Nada había cambiado.
—Siempre la misma mesa —dijo el hombre—, las mismas sillas, la misma cama, el mismocuadro. Y a la mesa le digo mesa, al cuadro le digo cuadro, a la cama la llamo cama y a la silla la nombro silla. ¿Por qué? Los franceses le dicen a la cama “li”, a la mesa “tabl”, al retrato lo nombran “tablo” y a la silla “schäs”, y se entienden. Y los chinos también se entienden.
—¿Por qué la cama no se llamará retrato? —pensó el hombre y se rió, y se rió tanto que el vecino de al lado golpeóen la pared y gritó:
—¡Silencio!
—De ahora en adelante todo cambiará —dijo, y a la cama la llamó retrato.
—Estoy cansado, quiero ir al retrato —pensó.
Por la mañana, se quedó acostado, como acostumbraba, largo rato en el retrato y pensó cómo podría llamar a la silla: y la nombró despertador.
Por fin se puso de pie, se vistió, se sentó sobre el despertador y apoyólos brazos sobre la mesa.
Pero ahora la mesa ya no se llamaba mesa, ahora se llamaba alfombra.
Por la mañana el hombre dejó el retrato, se vistió, se sentó a la alfombra en el despertador y pensó a quién podría decirle que:

•a la cama le dice retrato,
•a la mesa le dice alfombra,
•a la silla le dice despertador,
•al periódico le dice cama,
•al espejo le dice silla,
•al...
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