Agua

asta 1993, entre las que figuran las de Seveso, Bhopal y Chernobyl ocurrieron en México. Se calcula que el ritmo actual de estas emergencias en nuestro país es, al menos, de unaimportante cada 12 meses, pero casi cotidianamente se producen muchas de menor gravedad, ya sea en instalaciones industriales o durante el transporte de las sustancias que, en general, nollegan a las estadísticas. Es muy posible que ningún otro país se acerque a estas alarmantes cifras, independientemente de su fase de desarrollo.

Si se considera la ubicación relativade México en cuanto al número de emergencias y el de muertes por accidente entre los ocurridos entre 1974 y 1987, se encuentra que en esos años hubo aquí 17 emergencias químicasimportantes, por lo que le corresponde el cuarto lugar en este rubro, mientras que Estados Unidos ocupó el primero, con 144 accidentes de este tipo. Sin embargo, por lo que toca al número demuertes por accidente, México ocupó el tercer lugar, con una cifra de 49.9, en contraste con Estados Unidos, en donde la cifra correspondiente fue de 15.6, por lo que le correspondió eloctavo lugar, lo que refleja claramente la mejor preparación de ese país para responder a estas emergencias.

Además de los muertos y lesionados directos en dichas emergencias, con suresultante de sufrimiento humano y de las pérdidas financieras derivadas de ellas, también hay resultados sociopolíticos indeseables y daños de largo alcance a la salud y la estabilidadambiental, lo que las convierte en un grave problema de salud pública. Como ejemplo de los resultados sociopolíticos negativos, en el caso de la explosión de Guadalajara, el 15 % delas manifestaciones realizadas en la ciudad durante el siguiente año estuvieron directamente relacionadas con el accidente.

Un problema asociado son las violaciones a los derechos