Aguilas

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INTRODUCCIÓN

Un hombre sin doctrina se parece más a un hombre. GAO XINGJIAN

Los ideales son peligrosos, no lo duden .
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Sin embargo, a muchos les parece que si creemos profundamente en algo maravilloso, si lo convertimos en proyecto de acción práctica, si lo llevamos al mundo de la política y tratamos de realizarlo en ella, todo irá bien. Hay en los grandes idealespromesas de sentido para nuestras vidas, de armonía para nuestro mundo, de paz y de justicia para todos. Tememos a los escépticos, a los descreídos y suponemos que son hipócritas, que buscan solamente el propio provecho. Esta percepción aumenta cuando hablamos de política. Si alcanzan el poder y no tienen ideales, nos decimos, usarán todas sus estrategias para abusar de nosotros, pues quien no creeen nada no está sujeto por nada. Así, los ideales son buenos también porque nos someten, nos impiden que cometamos abusos o, al menos, lo hacen más difícil. El espléndido futuro que nos prometen los ideales, la limitación de los abusos que nos permiten, aconsejan idealistas al frente de nuestra vida y de nuestra política. La tesis de este libro es que todo lo que acaba usted de leer constituye unerror. Los ideales son peligrosos. Y lo que hacen por nosotros, en ocasiones, nos cuesta muy caro. El importe que hemos pagado por su supremacía durante, digamos, los últimos cien años es estremecedor. La historia lo corrobora: violencia, asesinatos en masa, guerras totales, limpiezas étnicas, exterminios masivos, campos de concentración...
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CRÍTICA DE LAS IDEOLOGÍAS

Y es difícil hablar denihilismo o de locura o de mera ambición en la inmensa mayoría de los sucesos brutales que pueblan el siglo. También es ingenuo creer que toda su explicación se encierra en el cinismo de los líderes, astutos, mentirosos, manipuladores, maquiavélicos ansiosos de poder que abusan del pueblo, que es sano y naturalmente inclinado al bien. Me parece, por el contrario, que la profundidad de la fe en losideales (de los líderes y también de las masas) es directamente proporcional a la crueldad y el horror que se utilizan para hacerlos realidad. Me parece que la explicación del surgimiento de los fenómenos políticos extremos se encuentra entretejida con una justificación de las acciones políticas basadas en ideales de perfección. Me parece que exterminar a los enemigos ideológicos, a los enemigos declase, a los enemigos raciales, a los salvajes, a los traidores que nos rodean, a los no creyentes, a los herejes, a los enemigos de la nación, a los tibios, a los descreídos y un largo etcétera, exige algunas cosas. Según creo, exige, al menos, tres: un impulso suficientemente elevado, un encallecimiento moral y una justificación balsámica. Todas estas funciones (impulso, encallecimiento yjustificación) las han proporcionado siempre los grandes ideales, las constelaciones ideológicas que pueblan el mundo y que nos prometen lo mejor. De hecho, son éstas, las ideologías, las que construyen un discurso en el que buscan encajar coherentemente los conceptos para ofrecernos una visión del mundo, y también un proyecto, un sentido y un ideal. Como veremos, cada uno de los grandes idealesanalizados aquí (emancipación, autenticidad, democracia) son el centro de diversas constelaciones de conceptos que impulsan hacia la práctica. Por ejemplo, para los ideales de emancipación: utopía, revolución, ciencia de la historia... Para la autenticidad: nación, identidad, cultura, religión, raza... Para la democracia: imperio, civilización, globalización. Algunos de estos objetivos ideológicos nosconvencen más y otros bastante menos. Pero no
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INTRODUCCIÓN

lo duden: todos tuvieron su hegemonía discursiva durante muchos años. Este libro trata precisamente de estos asuntos. En cierto sentido resume algunas tesis sobre las que llevo reflexionando más de diez años. Su catalizador fue el atentado que golpeó Madrid el 11-M de 2004. En el primer aniversario escribí un trabajo sobre el tema2....