Agus Lengua
Me encontraba volviendo a casa después de haber trabajado tiempo completo. Estaba terriblemente agotado y estresado. El clima no ayudaba, la ciudad estaba gris y mojada.Faltando un par de cuadras para llegar a mi departamento me encontré con un vendedor callejero. Me pareció muy raro ya que siempre pasaba por aquella esquina y era la primera vez que lo veía. El hombreme miró fijamente con unos ojos llorosos que reflejaba los colores brillosos de mi motocicleta .Pude observar que estaba muy bien arreglado y en su cara se reflejaba la desesperación que tenia. Meofreció unas pastillas largas y finas de colores variados. Me dijo “Por favor señor, tengo una enorme familia que debo mantener. Salen cuatro pesos pero podría dejártelo a dos. ¿Las quieres?”. Le compré,fue el peor error de mi vida.
Un par de minutos después llegue a casa, cansado por el arduo día de trabajo, dejé las pastillas sobre la mesada y me fui rápidamente a bañar. Apenas salí del bañome dirigí hacia la cocina y metí las sobras del día anterior en el microondas. Mientras cenaba veía al lado las píldoras que ese extraño señor me había vendido. Me dieron curiosidad, tanta, queempecé a buscar en internet que eran. No sirvió de mucho porque no encontré nada sobre ellas. Sin embargo, a pesar de mi desconfianza, lleve una de ellas hacia mi boca. Nunca había probado una golosinamás deliciosa. Eran dulces y acidas. Creyendo que eran caramelos me los fui comiendo de a poco sin darme cuenta dejando solo cinco de ellas en la bolsa. En el momento en que me di cuenta de algo raro enmi estomago perdí la conciencia y caí al piso.
Enseguida desperté, o al menos eso creía. Me encontraba en un avión vacío dirigiéndome a un lugar desconocido. Al rato escuche unos ruidosaturdidores y el avión empezó a tener turbulencias. Pasaron segundos hasta que me di cuenta que el aeroplano estaba cayendo, y cuando me enteré de esto ya estaba rodando en el piso. La aeronave estaba toda...
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