Agustin Jose Ciudades Desiertas
Ciudades desiertas
CIUDADES DESIERTAS
JOSÉ AGUSTÍN
Publicado por Edivisión, Compañía Editorial
Primera Edición
Octubre, 1982
Este es un libro que le hormiguea a uno en las manos, que se lee de una sentada y lo deja a uno enfebrecido, gozoso, dispuesto al amor. Si hay hombres como Eligio, la vida merece vivirse, si hay chavos así de generosos, ojalá y volviera yo a nacer en estepaís de machos con sus venganzas de corrido.
CIUDADES DESIERTAS es un anti-corrido.
Si Graham Greene, Huxley y Lawrence pasaron su mirada despiadada sobre
México, ahora José Agustín –espléndido narrador- nos muestra una mezquina, higiénica e insípida ciudad de los Estados Unidos.
No solo es válida la crítica de José Agustín a los Estados Unidos sino estrujante
el descenso a los infiernos de Eligioen busca de su mujer, Susana. Nuevo Orfeo,
Eligio es un personaje regocijante y libre, un mexicano que todo lo derrite.
CIUDADES DESIERTAS es la primera novela verdaderamente antimachista escrita en México, el primer intento de amar en una forma rabiosa a una mujer.
Esta novela inmisericorde y quemante como la nieve es un pedestal, un altar en
el que José Agustín eleva a la mujer, le reconoce sulibertad y su espacio creador.
Elena Poniatowska
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José Agustín
Ciudades desiertas
Cien dólares de multa a quien tire basura en la carretera.
Susana caminaba por Insurgentes cuando encontró a Gustavo Sainz, quien le preguntó si quería le gustaría participar en un programa de escritores en Estados Unidos. Susana
dijo sí al instante. Sainz no tenía tiempo de darle pormenores pero le pidióanotara un número telefónico. Susana regresó corriendo a su departamento y se descorazonó al ver que su
marido no estaba allí; Eligio había ido a una grabación de La Hora Nacional, lo cual implicaba caer en lo más bajo, y llegaría, a medianoche, con ganas de una cerveza antes que nada.
Lo esperó pacientemente y cuando se hizo de noche en ella había ocurrido un cambio.
Sabía con exactitud que iría solaa Estados Unidos y que, para evitar escenitas, lo mejor era
no decir nada a Eligio. Se hallaba llena de energía, segura de sí misma y con deseos de
hacer cosas. Era imposible precisar en qué momento todo se había ido cubriendo de veladuras finísimas, casi imperceptibles, que la aislaban herméticamente de la realidad y que poco
a poco fueron envolviéndola hasta momificarla. Susana sabía que en elfondo estaba exagerando, pero le gustaba mucho la idea de haber estado llena de vendajes. Puso música: la
Arpeggione, que siempre la aligeraba.
Al día siguiente llamó al número que Sainz le había dado. Era de la oficina de asuntos
culturales de la Embajada de Estados Unidos, e hizo una cita para esa misma mañana. Llamó a la Universidad y avisó que ese día no iría a dar clases, y a las pocas horasla secretaria del agregado cultural le había leído unas cuartillas en las que a grandes rasgos se indicaba en qué consistía el proyecto: asistir durante cuatro meses al Programa de Escritores
que cada año invitaba a destacadas personas de pluma de más de veinte países a la pequeña ciudad de Arcadia. En la universidad de Arcadia se encontraba el más célebre taller
de creación literaria de EstadosUnidos. Susana tendría que participar en los eventos y actividades del Programa: asistiría a las sesiones en que cada participante hablaba da los demás de las condiciones de la literatura de su respectivo país y asistiría a un taller de traducción, para que parte de su obra quedara en inglés y pudiese difundirse en Estados Unidos.
Tendría mucho tiempo para escribir, se le daría un boleto de ida yvuelta en avión, mil cuatrocientos dólares al mes por parte del Departamento de Estado y una última mensualidad a
cargo del Programa. Por si fuera poco, dispondría de un cupón de exceso de equipaje para
que pudiera regresara con una buena dotación de libros.
Conforme pasaban los días, Susana se hallaba muy estimulada y escribía mucho,
cuando en realidad, y sólo hasta ese momento se daba cuenta...
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